sábado, 24 de diciembre de 2011

Chile invita a Evo

Por: Andrés Guzmán Escobari
Publicado en La Razón

Con el propósito de evitar que Bolivia recurra a tribunales internacionales para demandar a Chile, los diputados chilenos, Mónica Zalaquett (UDI) y José Manuel Edwards (RN), anunciaron su intención de invitar al Presidente Evo Morales para que visite Arica e inspeccione personalmente los avances de las obras que Chile realiza para mejorar la carretera Tambo Quemado-Arica (CH11) y rehabilitar el ferrocarril Arica-La Paz (tramo Arica-Visviri). Según informó La Tercera, esta iniciativa se produjo como una reacción a las críticas de Morales al Tratado 1904, del cual dijo que es injusto, impuesto por la fuerza e incumplido por parte de Chile.
"Chile esta haciendo lo que puede y esperamos que así lo vea el presidente Evo Morales, a quien invitamos no como parlamentarios de la coalición gobernante sino como del Estado chileno", dijo Edwards.
Esta invitación del Estado chileno es un claro ejemplo del por qué las políticas de Bolivia y Chile no coinciden. Ahora que Bolivia exige el cumplimiento del tratado y amenaza con judicializar el tema, Chile empieza a reparar sus carreteras y a rehabilitar el tren que debería unir a Arica con La Paz; cuando el Tratado de 1904, la Convención sobre el ferrocarril de 1905 y las Convenciones sobre tránsito de 1912 y 1937, establecen que Chile debe garantizar las facilidades de libre tránsito y el funcionamiento del ferrocarril de manera permanente y perpetua.
Es por tanto muy difícil que la invitación chilena logre evitar la demanda boliviana o que consiga callar los reclamos respecto a las transgresiones que Chile comente a los acuerdos mencionados. Primero porque la rehabilitación del ferrocarril no es una concesión graciosa, sino una obligación de Chile y porque las peores trabas al libre tránsito no se encuentran en la carretera CH11, sino en los puertos de Arica y  Antofagasta, donde las empresas privadas que los administran, en flagrante violación a los convenios bilaterales, han estado incrementando los precios de sus servicios arbitrariamente, han estado cobrando por almacenaje a las mercancías con destino a Bolivia que permanecen en aduanas chilenas menos de un año y han ocasionado un mayor número de interrupciones en los servicios portuarios debido a las constantes huelgas de sus propios trabajadores que exigen una mejor administración.
Si bien la situación de Bolivia mejora con la reparación de la carretera y la rehabilitación del ferrocarril, es el gobierno de Chile el que debe responder por el perjuicio que le causó a Bolivia la paralización del ferrocarril por casi una década y los inconvenientes que las empresas que administran los puertos de Arica y Antofagasta están generando al comercio boliviano. Por otra parte, es importante que Chile cumpla sus compromisos en todo momento y no sólo cuando Bolivia reclama.   

martes, 6 de diciembre de 2011

Mejor reactivos nomás...

Por: Fernando Salazar Paredes

Siempre, con este y anteriores gobiernos, he criticado que nuestra política exterior, en general, era reactiva, exhortando a que sea pro-activa. La actual política exterior es, ciertamente, pro-activa, pero a contramano… Tres temas dan la pauta:
Ha conseguido lo que nadie antes había logrado: un aislamiento perjudicial en los organismos internacionales que se refleja en una falta de apoyo a nuestra causa marítima. La soledad boliviana en OEA y ONU es más que evidente.
Ha hecho grandes esfuerzos para solucionar el caso de las aguas del Silala… a favor de Chile. Todo lo que se logró, durante décadas, para fortalecer una posición boliviana con relación a la propiedad de esas aguas se fue por la borda por falta de idoneidad del negociador boliviano que, posteriormente, fue despedido, después de haber causado daño a los intereses del país.
Finalmente, se ha decidido transitar –sin medir las consecuencias– de una política exterior reintegracionista a una política reivindicacionista y anunciar, con bombos y platillos, el inicio de acciones ante tribunales internacionales. Aun no se sabe ante cuál foro internacional, ni se cuenta con especialistas para el efecto. aSe corre, eso sí, el riesgo de sepultar jurídica y definitivamente la posibilidad de un retorno al Pacífico.
Los impromptus y circunloquios de nuestro Presidente en el tema marítimo revelan falta de meditación, asesoramiento y coordinación en lo fundamental de nuestra política exterior. Se impone un mínimo de sindéresis.
La cereza que corona este agrio postre es lo que pomposamente se llama Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima. Es el trono de los todólogos, donde los especialistas brillan por su ausencia. Solo basta mirar el currículo del peruano Allan Wagner o del chileno Alberto Van Clavaren y compararlos con el del Dr. Lanchipa para predecir hacia dónde estamos encaminados. En materia internacional no se puede improvisar, ni actuar con frivolidad.  Tampoco se aprende de la noche a la mañana o por osmosis. Una pro-actividad de este tipo nos hace mas daño que una reactividad a la que estábamos acostumbrados.