domingo, 13 de abril de 2014

Antes y después del Protocolo Confidencial de 1904

Por: Andrés Guzmán Escobari
Publicado en Pagina Siete
El pasado 23 de marzo, Pagina Siete publicó en primera página la notable valoración que hizo el Dr. Walker San Miguel sobre lo que significa el Protocolo Confidencial firmado por Bolivia y Chile el 20 de octubre de 1904, junto al Tratado de Paz y Amistad de esa misma fecha.
Dicho Protocolo, según explica San Miguel, “tiene una importancia fundamental (para la demanda boliviana ante la CIJ) ya que ratifica que la cuestión marítima de Bolivia estaba presente en todo el proceso de negociación del Tratado de 1904 y demuestra que Chile le ofreció a Bolivia una salida al Pacífico por territorios que aún eran peruanos pero cuya posesión la tenía Chile”.
Al respecto, es importante recordar que en 1883 los gobiernos de Lima y Santiago firmaron el Tratado de Ancón, mediante el cual, entre otras cosas, Perú cedió incondicionalmente la provincia de Tarapacá a Chile y ambos países resolvieron celebrar un plebiscito para definir si el territorio de Tacna y Arica “queda definitivamente del dominio y soberanía de Chile, o si continúa siendo parte del territorio peruano” (artículo 3).  
Dicho plebiscito, previsto para 1893 según el mismo Tratado, nunca se realizó primero por las dificultades que opuso Chile para su celebración y luego porque ambas partes resolvieron terminar el asunto de otra manera, mediante negociaciones directas que trascendieron en la firma del Tratado de Lima de 1929 y de su Protocolo Complementario, concebido también confidencialmente. Mediante esos acuerdos Chile y Perú definieron su frontera terrestre y condicionaron la cesión de los territorios de Tacna y Arica a un acuerdo previo.  
Pero durante los 46 años que el plebiscito estuvo pendiente (1883-1929), los gobiernos de Lima y Santiago buscaron insistentemente el apoyo de Sucre primero y de La Paz después, para lograr un resultado favorable a sus intereses en la consulta popular que debía llevarse a cabo. En el caso de Chile, esa búsqueda se manifestó en varias ofertas de darle a Bolivia una salida soberana al mar.  
En efecto, la primera vez que el país del Mapocho se manifestó en ese sentido fue en 1895, mediante el Tratado de Transferencia de Territorios suscrito con el gobierno de Sucre. En esa oportunidad, Chile, con el evidente propósito de obtener el reconocimiento de Bolivia sobre el territorio que hoy conforma la región de Antofagasta y de conseguir asimismo el apoyo boliviano para obtener un triunfo en la consulta popular pendiente; se obligó de manera formal y solemne a cederle a Bolivia las provincias de Tacna y Arica si las mismas quedaban bajo su dominio como resultado del plebiscito estipulado en el Tratado de Ancón (artículo 1).
Durante las negociaciones de dicho Tratado, las autoridades bolivianas se negaron a brindar su apoyo a Chile para el plebiscito pendiente porque no querían contrariar al Perú. Por tal motivo, el acuerdo final sólo dispuso: “A fin de realizar el propósito enunciado en los artículos anteriores, el Gobierno de Chile se compromete a empeñar sus esfuerzos, ya sea separada o conjuntamente con Bolivia, para obtener en propiedad definitiva los territorios de Tacna y Arica” (artículo 3).
Luego de fracasadas esas gestiones, y ante el dificilísimo contexto internacional que le tocó enfrentar a Bolivia al iniciarse el siglo XX, el gobierno de La Paz aceptó un acuerdo sin salida al mar y ambos países firmaron el famoso Tratado de 1904 junto al Protocolo Confidencial antes mencionado que al respecto señala: “Bolivia empeñará todos sus esfuerzos, ya sea conjunta o separadamente con Chile, para que los territorios de Tacna y Arica se incorporen definitivamente al territorio chileno”. “… en reciprocidad, Chile prestaría a Bolivia su apoyo diplomático en favor de los derechos de Bolivia sobre el territorio que actualmente ocupa, si llegase a serle disputado por otra nación vecina, ofreciendo su mediación, los buenos oficios y otro recurso amistoso”.
Si bien este Protocolo, que pretendía mostrar a Bolivia dispuesta a congraciarse con Chile aun a costa de enemistarse con el Perú, nunca entró en vigencia porque jamás alcanzó ratificación congresal en nuestro país y porque fue firmado sin autorización del gobierno de La Paz por el Ministro boliviano en Santiago, Alberto Gutiérrez; no deja de llamar la atención que mediante el mismo Chile solo ofrezca “apoyo diplomático” a cambio del respaldo boliviano… algo más tuvo que haberse negociado, como bien apunta San Miguel.
Al respecto, en 1919, Emilio Bello Codesido, quien suscribió los acuerdos de 1904 por parte de Chile, publicó un libro sobre las negociaciones llevadas a cabo entre 1900 y 1904 en el cual revela que su país aceptó firmar un acuerdo no definitivo con Bolivia en 1884 (Pacto de Tregua) porque tenía previsto "satisfacer las aspiraciones de Bolivia una vez que se definiera con arreglo al Tratado de Ancón, la nacionalidad definitiva de los territorios de Tacna y Arica”; y en cuanto a futuros entendimientos decía: “no podemos ni debemos poner en duda la amistad de Bolivia, su lealtad y consecuencia con los compromisos que la ligan a nuestro país. Su aspiración de puerto propio la hemos considerado siempre legítima y respetable. Independientemente de la situación creada por el Tratado de Paz con Chile ¿por qué no podría esa aspiración traducirse en futuros acuerdos basados en compensaciones suficientes y equitativas?” (Bello, Emilio: Anotaciones para la historia de las negociaciones diplomáticas con el Perú y Bolivia. 1900-1904. La Ilustración. 1919. Pág.205).  
Emilio Bello Codesido
En efecto, a los pocos meses de publicar su libro y con el propósito de obtener el respaldo boliviano en el plebiscito pendiente, Bello vino a La Paz como Ministro Plenipotenciario de su país y el 10 de enero de 1920 suscribió con el Canciller boliviano de la época, Carlos Gutiérrez, un Acta Protocolizada en la cual manifestó en nombre de su gobierno: “Chile está dispuesto a procurar que Bolivia adquiera una salida propia al mar, cediéndole una parte importante de esa zona al norte de Arica y de la línea del ferrocarril que se halla dentro de los territorios sometidos al plebiscito estipulado en el Tratado de Ancón”. “Independientemente de lo establecido en el Tratado de Paz de 1904, Chile acepta iniciar nuevas gestiones, encaminadas a satisfacer la aspiración del país amigo, subordinada al triunfo de Chile en el plebiscito”. “Para la consecución de estos fines, Bolivia aunaría desde luego su acción diplomática a la de Chile y se comprometería a cooperar eficazmente a asegurar el resultado favorable a Chile del voto plebiscitario en el territorio de Tacna y Arica”.
En su respuesta, el Canciller Gutiérrez, luego de agradecer el ofrecimiento chileno de negociar una salida al mar para nuestro país señaló: “En cuanto a la idea de cooperar Bolivia a la vinculación de Tacna y Arica a la soberanía de Chile, como emergencia de la negociación de paz y amistad concluida en 1904, sólo había sido expuesta en una acta protocolizada en que constaba la impresión personal de un diplomático boliviano, sin que tal acta hubiera recibido aprobación del gobierno ni del Congreso de este país, sino más bien manifestaciones adversas en el seno de los poderes públicos”.   
Por lo dicho podemos concluir que el gobierno boliviano nunca concedió su apoyo al de Santiago para el plebiscito estipulado en el Tratado de Ancón, que Chile manifestó su voluntad de darle a Bolivia un puerto propio antes y después del Tratado de 1904 y que el mismo suscriptor de ese infausto Tratado por parte de Chile, fue un firme partidario de alcanzar un arreglo con mar para Bolivia.