lunes, 8 de julio de 2013

Los gobiernos de Sudamérica ante el maltrato sufrido por Evo Morales en Europa

Por: Andrés Guzmán Escobari

El sonado impase diplomático que causaron Francia, España, Portugal e Italia al afectar la libertad de tránsito del avión presidencial de Bolivia el pasado 2 de julio provocó diversas reacciones en los gobiernos de Sudamérica que por las posturas adoptadas y por sus implicaciones políticas pueden dividirse en tres grupos: los que privilegian las buenas relaciones con Europa y Estados Unidos, los anticolonialistas y antiimperialistas, y los que, por distintos motivos, no son ni lo uno ni lo otro. 

Por un lado fue evidente la prudencia y tibieza con las que reaccionaron Colombia, Perú y Chile que no estuvieron de acuerdo con realizar una reunión extraordinaria de la UNASUR para tratar este tema y solo enviaron a sus representantes en La Paz al encuentro que, con ese motivo, se realizó en Cochabamba – Bolivia el 4 de julio. Por el otro lado, fue muy claro y contundente el apoyo que el Mandatario boliviano recibió de sus colegas de Argentina, Ecuador, Uruguay, Surinam y Venezuela que inmediatamente condenaron las acciones de los países europeos mencionados y repudiaron también la política de los Estados Unidos que se vale del espionaje para “controlar” a sus amigos y enemigos. El tercer grupo estaría conformado por Brasil, Paraguay y Guyana que, por diferentes razones, no mostraron una postura clara que les permita ser parte de ninguna de las dos primeras agrupaciones. Si bien Brasilia manifestó en un primer momento su “repudio e indignación” por este hecho que calificó como una “humillación a una nación hermana”, luego decidió no enviar a un dignatario de Estado a la reunión de Cochabamba y destacó solamente al asesor presidencial, Marco Aurelio García, muy respetable por cierto, pero que no equivale a un Canciller ni mucho menos a una Presidente. Asimismo, aunque Asunción calificó el hecho como “lamentable y bochornoso”, la representación de ese país no pudo asistir a la reunión de referencia porque su gobierno se encuentra suspendido de la UNASUR por la destitución de Fernando Lugo. Finalmente, Georgetown, tampoco pudo destacar a una delegación en Cochabamba debido a las pocas horas con las que se organizó el evento y a la inexistencia de un Embajador guyanés en Bolivia.

En definitiva, el incidente brindó a los Presidentes sudamericanos que se congregaron en Cochabamba una inmejorable oportunidad para decir unas cuantas verdades sobre los países europeos involucrados y sobre Estados Unidos, no sólo para demostrar su legítima y comprensible molestia, sino también para subir un poco en las encuestas de popularidad.

Comenzó el Presidente Evo Morales relatando las peripecias que le tocó pasar en Europa cuando a su retorno de Rusia, Francia revocó el permiso que tenía su avión para ingresar a territorio galo y tuvo que aterrizar de emergencia en Viena; donde, según dijo el Mandatario boliviano, el Embajador de España en Austria, Alfredo Carnero, le pidió revisar su aeronave con el propósito de verificar si Edward Snowden se encontraba dentro, “yo le dije – relató Morales – entonces usted me está tratando de delincuente, sólo a los delincuentes pueden revisar, yo no soy ningún delincuente y usted no va a revisar el avión de la presidencia”.  

Por su parte, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hizo notar que a pesar de que los países europeos son las principales víctimas de la política económica y del espionaje de Estados Unidos, “es Europa quien agrede a un Presidente sudamericano” y luego de asegurar que la élite gobernante del viejo continente se “arrodilla” ante los intereses estadounidenses; se refirió a la requisa que pretendió realizar España en los siguientes términos: “El día que el presidente Rajoy venga a sobrevolar nuestro espacio aéreo, nosotros podríamos bajarlo y revisarle el avión para ver si trae droga o si trae los euros que roba del pueblo español”.    

Un poco más moderado pero con la misma energía, el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, hizo referencia a la historia y recordó que la prosperidad europea “dependió de la expoliación que hicieron a nuestros pueblos originarios”. En cuanto a las normas internacionales que aplican dijo que “se ha destrozado el derecho consuetudinario” y luego afirmó “Si iba Snowden o no en el avión, es irrelevante, tiene derecho el Presidente de ese avión a transportar a quien sea” y finalmente pidió a los presentes que imaginen si un país sudamericano hubiera impedido el paso de un Presidente europeo o estadounidense “eso hubiera sido un casus belli, causa de guerra” concluyó el Mandatario ecuatoriano.
   
El Presidente de Uruguay, José Mujica, fue claro al señalar “Metieron la pata, se equivocaron de medio a medio” y luego provocó algunas sonrisas cuando dijo: “creo que se comieron un tornillo…”. Prosiguió exigiendo altura, decencia, respeto y humildad para reconocer el error. “equivocarse es una ley de la vida, cometer errores es inevitable, cuando se procede así hay que poner la cara y asumir la responsabilidad y decírselo a la comunidad internacional. No tomarnos el pelo”.

De igual forma, la Presidente argentina, Cristina Fernández, señaló que hay una doble violación a las normas internacionales “una primera a la inmunidad de todo Jefe de Estado” y a su nave presidencial y una segunda “a los acuerdos concedidos para vuelo…”. Pidió explicaciones y recomendó a los pueblos de los países cuestionados “que exijan a sus gobiernos que hagan las cosas un poco mejor para evitar estos verdaderos bochornos internacionales que constituyen vestigios de un colonialismo decadente”. Finalmente dijo que en Sudamérica nos enseñan “desde chiquitos” a reconocer nuestras equivocaciones “y por lo menos a pedir disculpas a quien hemos ofendido”.

La reunión concluyó con una enfática Declaración que denuncia: “la flagrante violación de los tratados internacionales” ante este acto “insólito, inamistoso y hostil”; el “agravio sufrido por el Presidente Morales, que ofende no sólo al pueblo boliviano, sino también a todas nuestras naciones”; “las prácticas ilegales de espionaje”; y “la falta de transparencia sobre las motivaciones políticas que impidieron el tránsito aéreo de la nave presidencial boliviana y su Presidente”. Asimismo los signatarios exigieron “a los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España que presenten las disculpas públicas correspondientes” y que “expliquen las razones de la decisión de impedir el sobrevuelo del avión presidencial de Bolivia por su espacio aéreo”. Finalmente exhortaron “a la totalidad de los Jefes de Estado de la Unión a acompañar la presente declaración”.

No se podía esperar que el gobierno de Colombia, el más allegado de la región al Tío Sam, se sume al repudio manifestado por la mayoría de los Jefes de Estado sudamericanos en Cochabamba. Su Presidente, Juan Manuel Santos, se excusó de participar porque se encontraba en Europa apoyando la elección de Medellín como sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Lo único que hizo fue escribir en su cuenta de twitter: “Nos solidarizamos con Evo Morales porque es inaudito lo que le hicieron pero no permitamos que se convierta en crisis diplomática AL (América Latina) con UE (Unión Europea)".

Asimismo, hubiera sido una gran sorpresa que Chile apoye a Evo Morales porque además de que su gobierno es muy afín a las potencias cuestionadas, las relaciones entre La Paz y Santiago se encuentran sumamente deterioradas debido al problema que genera el enclaustramiento boliviano. La Cancillería chilena se limitó a emitir un escueto comunicado en el que “lamenta y rechaza” este hecho y “hace un llamado a aclarar lo ocurrido”. Sin embargo, creemos que con esa tímida reacción, el Presidente Sebastián Piñera dejó pasar la que fue quizás su última oportunidad para mejorar sus relaciones con Bolivia y terminar así su mandato en una posición más favorable para enfrentar el proceso instalado en la Corte Internacional de Justicia; y eso es así, porque el Mandatario boliviano no hubiera podido seguir atacando a quien, después de haber recibido varias ofensas, pone la otra mejilla y le brinda su apoyo – al menos más decidido – en este caso.

Pero quien sí sorprendió a propios y extraños fue el Presidente del Perú, Ollanta Humala, que si bien expresó rápidamente su “solidaridad fraterna” por esta “inadmisible situación”, no llegó a convocar una reunión extraordinaria de la UNASUR en su calidad de Presidente Pro Tempore de ese organismo a pesar de que los Presidentes de Ecuador y Argentina habían anunciado que sí lo haría. El día de los hechos, Correa escribió en su twitter: “Con Ollanta Humala, Pdte. Pro Témpore de UNASUR, estamos tratando de convocar reunión de (UNASUR)" y Fernández luego escribió: “me avisa (Correa) que Ollanta va a convocar a reunión de Unasur". Seguramente amparado en la falta de consenso por las negativas de Colombia y Chile a realizar la reunión de referencia según publicó Perú21.pe, Humala prefirió no convocarla, no asistir, ni tampoco mandar a su Canciller.

En conclusión, es lamentable la evidente falta de concesos en la región frente a un hecho que desde cualquier punto de vista debería propiciar una censura contundente y unánime de parte de nuestros gobiernos, y es lamentable porque devela que las posturas ideológicas de quienes se alinean a los intereses de las grandes potencias son más importantes que dejar que se siente un terrible precedente para la convivencia pacífica de las naciones, que podría ser el inicio de nuevas violaciones al derecho internacional que al parecer no merecen siquiera una explicación ni mucho menos una disculpa.