domingo, 27 de diciembre de 2015

Chile dialogó con Bolivia sobre el mar en 55 ocasiones

Por: René Ouenellata Paredes
Publicado por: Opinión 
Chile propuso en 55 oportunidades resolver la demanda marítima boliviana, de las cuales 12 avanzaron significativamente, pero fueron incumplidas. Estas últimas se constituyen en elementos “claves” para encarar la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya que tiene como principal sustento jurídico en la obligatoriedad de los actos unilaterales de los Estados.

Esta es una de las principales conclusiones del experto en relaciones internacionales, Andrés Guzmán Escobari, que refleja en su libro “Un Mar de Promesas Incumplidas”. 

Para el joven internacionalista, la promesa unilateral está claramente definida como una figura especial de los actos unilaterales del Estado, que constituyen obligaciones y derechos para otros Estados frente al derecho internacional, tal cual argumenta la demanda marítima boliviana.

Además hace hincapié en ser claros cuando se habla de diálogo y negociación, pues considera que ambos tienen connotaciones distintas. Insiste en que Bolivia debe hablar de una negociación para llegar a un acuerdo con Chile que permita una salida soberana al mar.

P.- ¿Qué le motivó escribir el texto Un Mar de Promesas Incumplidas?

R.- El motivante principal ha sido el ejemplo de mi abuelo Jorge Escobari Cusicanqui, quien me inspiró a seguir la carrera diplomática y a interesarme en el tema marítimo. Otro elemento importante es el proceso que se ha iniciado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para pedirle a la Corte que declare que Chile tiene la obligación de negociar una salida al mar para Bolivia. Esto ha influido mucho para que le dé a mi trabajo un enfoque jurídico.

P.- ¿Qué ejes fundamentales manejas en el texto?

R.- En el análisis e investigación que realicé encontré 55 manifestaciones de voluntad de parte de Chile para tratar la demanda marítima boliviana, hay amplio material que evidencia las promesas incumplidas de Chile. De estas 55 expresiones de promesas chilenas 12 son claves que forman el argumento jurídico para demandar a Chile en La Haya.

P.- ¿Cuáles son las más importantes o de trascendencia?

R.- De esas 55 oportunidades de manifestaciones de intención de resolver el tema por parte de Chile, he tomado 12 casos principales que son las más importantes y que son analizadas en detalle y son resumidas en seis grandes aproximaciones que conforman lo que es el pedido de Bolivia ante la Corte de La Haya, para que Chile cumpla todos esos compromisos unilaterales asumidos a lo largo de la historia, que al final se hicieron jurídicamente exigibles.

La demanda jurídica boliviana tiene como principal sustento jurídico en la obligatoriedad de los actos unilaterales de los Estados, además cataloga los diversos pronunciamientos realizados por Chile sobre el enclaustramiento marítimo boliviano, como promesas en favor de Bolivia. La promesa unilateral está claramente definida como una figura especial de los actos unilaterales del Estado, que constituyen obligaciones y derechos para otros Estados frente al derecho internacional.

P.- Conozcamos en resumen esas 12 promesas pilares.

R.- La primera son los tratados de 1895 en los cuales Chile se obligó a cederle a Bolivia las provincias de Tacna y Arica si estas quedaban en su territorio después de un plebiscito que tenía que realizarse. La segunda es el acta protocolizada de 1920, luego las notas de 1923 del canciller Luis Izquierdo al ministro Plenipotenciario de Bolivia Ricardo Jaimes Freire, se tiene la aceptación de Chile a la propuesta Queloc en 1926, las notas de 1950 entre el canciller chileno Horacio Walker Larraín y el embajador de Bolivia Alberto Ostria Gutiérrez, el memorándum trunco de 1961 que es un acto unilateral, las negociaciones de Charaña que tiene dos documentos, el acta presidencial de Banzer y Pinochet, luego la nota del canciller Carvajal del 19 de diciembre de 1975, la resolución de la OEA aprobada por Chile en 1983 y finalmente el documento del acta de reunión del mecanismo de consultas políticas de 2010 de la agenda de 13 puntos en la cual Chile prometió presentar y alcanzar soluciones concretas a la demanda marítima.

P.- ¿Estos elementos son fundamentos que sustentan la demanda boliviana en la CIJ?

R.- Sin duda estos son los elementos bases de compromisos unilaterales de Chile los que dan base al sustento jurídico de Bolivia, ahora estos compro-misos jurídicamente son de cumplimiento obligatorio.

P.- ¿Cuánto tiempo requirió tu trabajo?

R.- Este trabajo del libro tiene ocho años, cinco con gran entrega, pues hubo algunas interrupciones, por eso es un trabajo extenso. Es un recuento histórico y perfila las promesas incumplidas de Chile. Además tiene dos objetivos específicos que son identificar las razones por las cuales han fracasado las negociaciones entre Bolivia y Chile. Determinar por qué Chile ofreció a Bolivia soberanía marítima en varios momentos de la historia.

P.- ¿Por qué Bolivia no logró efectivizar esas promesas?

R.- En algunos momentos podemos decir que hubo algunos errores de parte de Bolivia, incluso algunas oportunidades perdidas, pero el elemento fundamental por el cual han fracasado las negociaciones ha sido sin duda la falta de voluntad política de Chile por llegar a una conclusión exitosa de las negociaciones, la dinámica siempre fue que una vez encaminada la negociación en la medida que se avanza comienza a desinteresarse, eso ocurrió por ejemplo en Charaña cuando Banzer y Pinochet se abrazaron.

P.- ¿Es importante aclarar que ahora Bolivia pide negociar y no un simple diálogo?

R.- Debemos ser claros, Bolivia pide más que diálogo una negociación porque se pretende llegar a un acuerdo. La trampa de Chile siempre ha sido pretender con dilaciones un diálogo que es un lenguaje tramposo, en cambio Bolivia debe ser clara y hablar de negociación para llegar a un acuerdo.

Conflicto armado y la presión  internacional obligaron a negociar

P.- ¿En ese estudio cuáles son elementos fundamentales que encontraste del por qué Chile se compromete e incumple?

P.- Encontré básicamente tres elementos por los cuales Chile se ha comprometido conBolivia. El principal ha sido una estrategia militar cuando Chile estuvo en problemas con Argentina y Perú, entonces se acercó a Bolivia y le ofreció una salida soberana al mar, en otros momentos la idea de Chile fue apaciguar a Bolivia para que no lleve el tema marítimo a foros internacionales y el tercer elemento fue cuando Chile vio posible resolver el problema de la escasez de agua en el norte, en la cual le propone a Bolivia dar agua del altiplano y Chile le daba mar, esos son los tres elementos que se identificaron.

Bolivia asume una conducta coherente, pero Chile se refuerza

P.- ¿Ambos países tienen diferentes conductas para tratar el tema marítimo?

R.- Del análisis histórico entorno al diferendo marítimo se evidenció una conducta en ambos países que se diferencia claramente, Bolivia es coherente y Chile es ambivalente. Bolivia ha adoptado una conducta coherente y consistente con la demanda marítima que se inició en 1910 con el canciller Sánchez Bustamante cuando dijo que Bolivia no puede vivir aislada del mar y hará todo lo posible por tener un puerto soberano en el pacífico. Desde ese año todos los gobiernos bolivianos han hecho lo posible, con diferentes estrategias, conseguir ese objetivo de un acceso soberano al mar, ahora se ha convertido en una política de Estado coherente que hoy está dando frutos porque la demanda se basa en todas esas gestiones que se hicieron y cuando se consiguieron compromisos unilaterales de Chile de ofrecimientos incumplidos y que son fundamentos jurídicos sólidos para que Bolivia consiga una victoria en La Haya.

Esta conducta contrasta con la de Chile que dice tener una política seria, cuando en realidad no lo es porque en ciertos momentos nos ofrecieron una salida al mar y en otros momentos se desdijeron para decir que no hay nada pendiente ni nada que negociar con Bolivia porque ya tienen un Tratado de 1904, esa es política ambivalente.

P.- ¿Esta ambivalencia no es una estrategia dilatoria de Chile?

R.- Es una estrategia dilatoria que siempre han utilizado a lo largo de la historia, porque siempre han ofrecido aperturas y generan expectativas, pero en el mejor momento deciden terminarlo. 

P.- ¿Cuánto de mérito tiene el Gobierno de Morales para asumir esta responsabilidad ante La Haya?

R.- Este Gobierno de Evo Morales ha recogido todo lo que se vino sucediendo en gobiernos anteriores y las ha puesto en una demanda con una primera victoria parcial cuando se declara competente la Corte para conocer el caso. Debemos reconocer ampliamente la decisión, coraje y visión política que ha tenido el Gobierno de Evo Morales para demandar a Chile ante la Corte de La Haya, porque también conlleva sus riesgos. No se le puede restar crédito al presidente Morales, porque hay encuestas que salen como si Carlos Mesa fuera el artífice y promotor de la demanda, cuando no es así. Mesa tiene sus méritos en el rol que desempeña en la parte comunicacional para hacer conocer la demanda.

P.- ¿Si el fallo futuro favorece a Bolivia, cómo obligar a negociar a Chile?

R.- Chile tiene que sentarse a negociar porque el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya es obligatorio y es vinculante, sino lo hace existen mecanismos para hacer cumplir esta resolución.

P.- Se habla de involucrar a Perú en una negociación futura, ¿esto es clave?

R.- Es fundamental tomar en cuenta a Perú porque en el momento dado se debe conocer los intereses de ese país para que apoyen a una respuesta positiva. Es cierto que la resolución de la demanda marítima no depende de Bolivia sino la voluntad de Chile y la aquiescencia del Perú porque una eventual salida al mar para Bolivia se puede dar por el norte de Chile y eso involucra a Perú.

P.- ¿Qué recomendaciones planteas en tu texto?

R.- Se debe concretar un acuerdo que beneficie a los tres países (Bolivia, Chile y Perú), para ello es importante trabajar en propuestas precisas. Otra recomendación es manejar los datos y pormenores de la negociación de manera reservada y no de forma pública, solo cuando se tenga certeza de un acuerdo definitivo que implique una salida al mar para Boliviase puede divulgar las consideraciones. 
Andrés Guzmán Escobari estudió Economía en la Universidad Católica, luego Relaciones Internacionales en la Academia Diplomática y concluyó una maestría en Resolución de Conflictos en Ámsterdam. 
Antecedentes
La demanda boliviana tiene como principal sustento jurídico la obligatoriedad de los actos unilaterales de los estados. Guzmán cataloga los diversos pronunciamientos realizados por Chile sobre el enclaustramiento marítimo boliviano.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Andrés Guzmán: ‘Bolivia no pide diálogo, sino negociación’

Por: Ricardo Aguilar Agramont 
Publicado en: La Razón (Edición Impresa)  

Según el diplomático, que hace días presentó su libro ‘Un mar de promesas incumplidas’, Chile usa un lenguaje tramposo al ofrecer diálogo a cambio de retirar la demanda en la CIJ, pues Bolivia no pide diálogo sino negociación.
Andrés Guzmán.
En un mar de bibliografía sobre el tema marítimo, es difícil separar la paja del grano. Éste es el paralelismo que con el título del libro de Andrés Guzmán, Un mar de promesas incumplidas, hizo Carlos Mesa en la presentación de este trabajo, el cual considera un libro “fundamental” dentro del enorme corpus bibliográfico sobre el mar. Para Guzmán, la “política boliviana” de Chile del último tercio del siglo XIX continuó en el siglo XX.
— ¿Cuál es el origen del libro?
— Comienza a escribirse en 2007, cuando estudiaba en la Academia Diplomática, empezó como una tesis de maestría, en la que yo estaba analizando las negociaciones del tema marítimo. En ese momento, yo no sabía que esas promesas eran jurídicamente exigibles. Me interesaba saber por qué habían fracasado, porque si bien hubo muchas aproximaciones en la historia, nunca se pudo resolver el problema. Mi intención era identificar los factores por los cuales habían fracasado las negociaciones. En el proceso, vino la demanda y le fui dando ese enfoque jurídico que luego adquirió y ahora se ha convertido también en un apoyo a la tesis que Bolivia está presentando ante la Corte Internacional de Justicia, apoyando los argumentos que tenemos.
— ¿Cuántos compromisos registra y cómo los jerarquiza?
— El libro registra 55 oportunidades en que Chile ha manifestado una voluntad, de las cuales yo he extraído 12 por la manera en que han sido adoptadas, la mayoría por escrito y hablando de soberanía. No sé cuántas se han registrado o tomado en cuenta en la demanda. Naturalmente, cuantas más, más se fortalece nuestro reclamo.
— A lo específico, no sé cuán importante sea la mención en la solicitud de Bolivia del Tratado de Transferencia de Territorios de 1895.
— Ha perdido ya un poco de fuerza, debido a que fue debatida en la objeción preliminar. Chile dijo que no era válida porque hubo un acuerdo posterior. No es la que se va a debatir, en la posición de Bolivia, pero todas las demás que quedan, sobre todo las posteriores a 1948 (Pacto de Bogotá), son las más importantes. En esas destacan en importancia las notas de 1950 y los acuerdos de Charaña. Ahí Chile manifiesta su voluntad a través de documentos firmados: en 1950 por su canciller Horacio Walker Larraín y en 1975 el Acta de Charaña, firmada por el presidente (Augusto) Pinochet, y luego la nota del 19 de diciembre de 1975 firmada por el canciller Patricio Carvajal. Esos son los documentos que sustentan con fuerza nuestra demanda, porque hablan de soberanía y muestran una voluntad resuelta de Chile por negociar el tema.
— Y la OEA en 1983, que es un acto público, ¿cuál su jerarquía?
— Nuestra demanda se basa en dos tipos de declaraciones, por un lado, unas son acuerdos bilaterales, como las notas de 1950 o Charaña; y, por otro, los actos unilaterales, como el Memorando Trucco de 1961 y la Resolución de 1983; hay también otros anteriores que son de diferente naturaleza por ser una manifestación voluntaria y espontánea, pero unilateral, por parte de Chile, pero todas conforman un mismo cuerpo consistente en el cual se puede notar una voluntad de parte de Chile de negociar este tema para resolverlo.
— ¿Qué opina de lo que José M. Concha llama la “política boliviana” de La Moneda (cuando Chile estaba en tensión con un tercero lanzaba un anzuelo a Bolivia)? ¿Se relaciona con los compromisos de Chile?
— Concha habla de una “política boliviana” que existió de 1879 hasta 1900; en ese momento, Chile y Argentina resuelven sus problemas de límites y la “política boliviana” se abandona. Consistía en una estrategia para separar a Bolivia y Perú de su alianza defensiva y después se convierte en una política para ofrecer a Bolivia un puerto o un “respiradero”, como decía Santa María (canciller de Chile durante la Guerra y luego Presidente). Según analiza mi libro, la “política boliviana” no ha muerto, porque vuelve a resurgir después del Tratado de 1904, en 1920, cuando Chile vuelve a ofrecer un puerto, y resurge varias veces posteriores. Vuelve a resurgir cada cierto tiempo.
— Cuando resurgía, ¿tenía ese origen degradado de hacernos un ofrecimiento justo cuando estaba en problemas con un tercero? En 1920 Chile y Perú estaban al borde de la guerra.
— Tal cual, pero hay tres factores que destaco en el libro: el tema de la estrategia militar, cuando Chile se ve en amenaza frente a Argentina o Perú, ofrece una salida a Bolivia; cuando Chile intenta apaciguar a Bolivia para evitar que lleve el asunto a foros internacionales, entonces ofrece una salida al mar; por último, como en 1950, cuando Chile ve que puede resolver el problema de escasez de agua en el norte y ofrece una salida.
— ¿González Videla fue el autor de la impertinencia que hizo fracasar esta negociación de agua dulce por mar?
— No se sabe cuál es la fuente de la Revista Ercilla. Los únicos que sabían eran Ostria Gutiérrez, González Videla y Horacio Walker Larraín y de ahí se filtra a la prensa. Pero a los bolivianos no les interesaría torpedear una negociación.
— El historiador Jorge Escobari Cusicanqui culpa a González.
— Es correcto, pero la filtración precede a la indiscreción diplomática de Harry Truman y de González Videla, quienes dicen abiertamente, cuando ya estaba todo mal, que se había propuesto a Estados Unidos una solución en la que Bolivia daba agua, Chile daba mar y Estados Unidos financiaba.
— La discreción es una de las recomendaciones finales de su libro para una futura negociación, ¿puede sintetizar otras?
— Doy algunas recomendaciones, una es discreción. La primera es designar diplomáticos idóneos, profesionales de las relaciones internacionales, expertos en historia, en derecho y teoría de las negociaciones. Que nuestros diplomáticos sepan bien qué es lo que podemos obtener y qué es lo que podemos ofrecer, para eso hay que diseñar una estrategia de negociación, en la cual también se pueda ofrecer algo de manera que pueda ser aceptado tanto por Chile como por Perú. Otra recomendación es tomar en cuenta a Perú. En las negociaciones de 1950 y en las de 1975, uno de los elementos que indujo al fracaso fue no tomar en cuenta los intereses de Perú. Recomiendo mantener en reserva los pormenores de la negociación para que no suceda lo de 1950. También plantear algo viable para Perú y para Chile, de manera que todos salgamos beneficiados.
— Pero no es que el Perú tenga la prerrogativa del veto.
— Tal vez es exagerado decir que es veto, porque no llega a tanto. No dice eso el Protocolo de 1929, que habla de un acuerdo previo entre las partes para ceder la totalidad o parte de las provincias de Tacna y Arica a una tercera potencia. Entonces lo que hay que pensar es que tienen que alcanzar un acuerdo previo entre Chile y Perú para ceder un territorio a Bolivia. Últimamente, el presidente Lagos ha dicho que la “llave” la tiene el Perú, como diciendo que Bolivia tiene que conseguir el asentimiento.
— ¿Pero es deber de los suscriptores del Protocolo de 1929?
— Claro, lo que dice es que Chile tiene que consultar. Nos están endosando la responsabilidad de tener que obtener el acuerdo previo cuando a ellos les corresponde, porque ellos firman el Protocolo de 1929.
— Pero, pensando como Fernando Salazar, quien habla de ser más proactivos, ¿tal vez Bolivia debería proponer fórmulas tanto a Chile como a Perú?
— Claro, de hecho se puede hacer, pero nada va a superar el elemento fundamental para resolver este tema: la voluntad política de Chile. Bolivia puede hacer propuestas inteligentes. Que lo ha hecho, como está registrado en el libro. Pero si no hay la voluntad política de Chile, esto no va a tener solución. Esto se va a resolver en una negociación, porque Chile lo ha reconocido así. Es interesante, últimamente, que Chile ofrece diálogo si Bolivia retira su demanda. Es un lenguaje tramposo. Diálogo no es lo mismo que negociación, Bolivia pide una negociación. Un diálogo es más abstracto, una plática en la que las partes emiten sus opiniones, nada más. Una negociación es un proceso en el cual las partes van a llegar a un acuerdo. Por eso es importante no caer en la trampa del lenguaje mal intencionado, sino mantener nuestra postura: que estamos pidiendo una negociación.
— ¿Por qué fracasó Charaña?
— El elemento fundamental fue la falta de voluntad política de Chile, lo que demostró cuando Perú hizo la contrapropuesta y la rechazó de plano y no quiso considerarla ni negociarla. La rechazó y se cruzó de brazos, pese a que el presidente Banzer intentó reactivar las negociaciones y reanimar la voluntad que había demostrado en principio. En ese momento, a Chile ya no le interesaba porque el gobierno de Velasco Alvarado de Perú había sido derrocado, estaba Morales Bermúdez. La amenaza de guerra que significaba Velasco ya no existía, entonces ya no le interesó acercarse a Bolivia. También jugó un papel importante la desidia del Perú por presentar algo que pueda ser aceptado. Cuanto más tiempo pasaba era más difícil para Banzer mantenerse en el poder. Por eso también la premura. Incluso Banzer pidió a Chile y Perú que respondan lo antes posible. Perú se demoró 11 meses en contestar.
— ¿Del Enfoque Fresco?
— Chile sencillamente no quiso tratar el tema. Hubo un rechazo abrupto. Bolivia hizo una propuesta el 21 de abril de 1987 y el 9 de junio Chile la rechazó de plano y no propuso alternativas, simplemente dio un portazo. La razón fue otra vez la falta de voluntad política, pero esta vez absoluta y con desvergüenza, porque en 1975 al menos hizo parecer que no era su culpa. En ese momento Chile no tenía problemas con sus vecinos, había resuelto el tema del Canal del Beagle (con Argentina).
— ¿Cómo ve el presente y el cambio de Felipe Bulnes?
— Es interesante el tema de que Bulnes mismo haya dicho que hay falta de cohesión.
— Insulza lo contradijo.
— Dijo que nunca hubo falta de cohesión. Es incluso gracioso, porque uno desmiente al otro. Si el que ha renunciado da sus razones, respetemos sus razones.
—  ¿Falta de cohesión en eso?
— No hay un mismo discurso, sino contradicciones, Por otro lado, está Jorge Tarud (diputado), que es tan nacionalista y no quiere saber de dar nada a Bolivia. Él mismo dijo que Insulza no es el mejor para ejercer el cargo de agente. Yo concuerdo con eso, porque Insulza es un personaje mediático, muy político. El perfil de un agente tiene que ser muy cauto, enfocarse en los aspectos jurídicos del caso y no en lo político. Encima, Insulza ya ha anunciado que él va a darle un cariz político, cuando no corresponde. Como dijo Tarud, Insulza lo haría mejor de vocero que de agente. En eso Bolivia lo ha hecho inteligentemente, al poner como vocero a un expresidente, que es un gran orador y que además no puede comprometer la fe del Estado; por el otro lado, Chile tiene como vocero oficial a Muñoz, que es un personaje que le gusta figurar y sí puede comprometer la fe del Estado chileno, y eso es peligroso. La estrategia que están adoptando es bastante extraña y puede ser contraproducente para ellos.
Datos
Nombre: Andrés Guzmán Escobari
Nació: 31-X-1979
Profesión: Diplomático, economista
Perfil
El diplomático Andrés Guzmán tiene una maestría en Resolución de Conflictos en la Universidad de Amsterdam (2015). Ha publicado numerosos artículos en la prensa nacional e internacional.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Entrevistas sobre el libro Un Mar de Promesas Incumplidas

Con motivo de la presentación de mi libro Un Mar de Promesas Incumplidas. La Historia del problema marítimo boliviano (1879 - 2015), participé en una serie de entrevistas que se encuentran ordenadas cronológicamente a continuación:

Red Uno, QNMP con César Galindo: 

ATB, La Primera con Claudia Arce: 

Cadena A, Levántate Bolivia con Juan Carlos Arana:

Abya Yala TV, Lo que queda del día, con Lorena Guillen, Gabriela Alcón, Mariel Vernaza y Julio Peñaloza Bretel:

"Un Mar de Promesas Incumplidas"

La historia del problema marítimo boliviano fue esbozado por el joven experto en relaciones internacionales, Andrés Guzmán Escobari, en un empaste de lujo al que ha denominado Un mar de promesas incumplidas (1879- 2015).
La presentación del libro se realizó en el centro de eventos Auditorium, donde estuvieron como comentaristas el expresidente Carlos Mesa y el internacionalista Sergio Alberto Fernández Ruelas.
La obra es el resultado de un análisis de todas las veces en que Chile se ha comprometido a resolver el problema del mar.
Al mismo tiempo, el autor dedica especial atención a las negociaciones que hizo Bolivia desde los tratados anteriores a 1900, pero con mayor importancia se refiere a la Guerra del Pacífico y el Tratado de 1904 y la sucesión de reclamos que Bolivia hizo a Chile.
Guzmán mencionó que en el texto se analizan los 12 escritos más importantes en que el vecino país expresó su intención de abordar el tema del mar para Bolivia, incluso con soberanía. Además incluye en la publicación otros 55 episodios en los que Chile manifestó su intención de resolver este tema de manera menos formal.
Finalmente, el libro presta atención a las negociaciones iniciadas por Bolivia ante la Corte de la Haya y al mismo tiempo hace valiosas sugerencias para la continuación de la demanda boliviana.
El autor es representante de la nueva generación de diplomáticos y a la vez es continuador de la tradición de defensores de la causa marítima boliviana, como su abuelo Jorge Escobari Cusicanqui.