CHILE NO TIENE LIBRE TRÁNSITO EN BOLIVIA
Por: Andrés Guzmán Escobari
Bolivia no debe permitir que Chile participe de la vía interoceánica sin antes negociar el permiso que requiere ese país para circular por nuestro territorio. No hay ningún tratado que nos obligue a permitir el libre tránsito de mercadería de esa nación.
El acto de inauguración de la vía
interoceánica que tenía que llevarse a cabo en San José de Chiquitos el próximo
5 de abril con la presencia de los Presidentes de Brasil, Bolivia, Chile y Perú;
fue postergado a pedido de este último país debido a que, según dijeron sus
representantes, el Presidente Ollanta Humala tiene otros compromisos que
atender en esa fecha. No obstante, teniendo en cuenta que ese día se cumplen 134
años de la declaratoria de guerra que Chile presentó a Bolivia y Perú; más
parece que la razón de la solicitud de postergación es evitar un encuentro entre
Mandatario peruano y su homólogo chileno en un día que definitivamente no trae
buenos recuerdos para los pueblos que sufrieron las consecuencias de la
contienda iniciada en 1879.
Este hecho, que devela el desinterés
o el desconocimiento que tiene la Cancillería boliviana respecto a las implicancias
históricas que conlleva realizar una reunión con los Presidentes de Chile y
Perú en fecha 5 de abril; podría agravarse aún más si Bolivia permite que Chile
participe de la vía interoceánica sin antes negociar el permiso que requiere
ese país para circular por nuestro territorio.
En efecto, el Tratado de 1904 (art.
6) y sus acuerdos complementarios (1912, 1937 y 1953) conceden a Bolivia el más
amplio y libre derecho de tránsito por territorio y puertos chilenos en todo
tiempo sin excepción alguna, sin embargo, esos acuerdos no otorgan a Chile esa facilidad
de paso por suelo boliviano porque no fueron suscritos en reciprocidad. De
hecho, en 1955, los gobiernos de La Paz y Santiago comenzaron a conversar sobre
la posibilidad de que Chile obtenga ese derecho en nuestro territorio y
suscribieron un Tratado que, entre otras cosas, expresa el propósito de
alcanzar un acuerdo que “amplié y
facilite el actual régimen de libre tránsito de las mercaderías originarias de
uno de los dos países por el territorio del otro, para su exportación a
terceros países. Dicho sistema, comprenderá, asimismo, las facilidades
necesarias para permitir la importación de uno de los dos países a través del
territorio del otro, de mercancías originarias de terceras naciones” (Art.
2/f. Tratado de Complementación Económica Bolivia – Chile, 31/10/1955).
Por otra parte, los acuerdos multilaterales
sobre la materia que suscribieron ambos gobiernos, tampoco contienen ninguna disposición
que obligue a Bolivia a garantizar el libre tránsito de Chile por territorio
boliviano. Los convenios firmados en el marco de la Iniciativa para Integración
Regional Sudamericana (IIRSA) no mencionan nada al respecto y el Acuerdo sobre
Transporte Internacional Terrestre (ATIT) de 1977, firmado en el marco de la
ALADI por los dos países, establece claramente que el libre tránsito podrá ser
reglamentado por acuerdos bilaterales (art. 14) y deja en claro que sus disposiciones
no restringirán en ningún caso las facilidades sobre libre tránsito que “se hubiesen concedido los países
signatarios” (Art. 15).
El caso de Perú y Brasil es
totalmente diferente porque ambos países suscribieron acuerdos bilaterales con
Bolivia con el fin de otorgarse facilidades de libre tránsito recíprocamente.
Con los gobiernos peruanos se suscribió el Tratado de Comercio y Aduanas de
1905 (Art. 2), el Convenio sobre Tráfico Comercial por Mollendo de 1917 (art.
1), el Convenio de Tránsito de 1948 (art. 7) y el Convenio Gran Mariscal Andrés
de Santa Cruz de 1992; y con el Estado brasileño se firmó el Tratado de
Amistad, Límites, Navegación, Comercio y Extradición de 1867 (Art. 6), el
Tratado de Petrópolis de 1903 (Art. 5), el Convenio de Libre Tránsito
Terrestre, Fluvial y Aéreo para Carga de 1958 y el Protocolo Adicional al
Acuerdo de Complementación Económica N°36, éste último suscrito entre Bolivia y
los países del MERCOSUR en 1996 (Art. 6).
Por tanto, aunque en 1955 Chile
manifestó formalmente su deseo de obtener el derecho de libre tránsito por
territorio boliviano, éste nunca le fue reconocido y, por consiguiente, no
sería acertado que nuestro gobierno le conceda ese derecho ahora para permitir
su participación en la vía interoceánica, porque desecharía uno de los pocos
elementos de negociación que tiene Bolivia para recuperar una salida soberana
al mar y le facilitaría enormemente las cosas a un país que muy pocas veces en
la historia demostró ser amigo de Bolivia.
Al respecto, es importante
considerar que Chile mantiene un gran interés por obtener el derecho de libre tránsito
en territorio boliviano porque, además de la manifestación de 1955, hace poco,
cuando el Presidente Morales anunció que no invitaría a Piñera porque tres
soldados bolivianos permanecían
detenidos en Chile, la Cancillería de Santiago protestó enérgicamente ante
sus pares de La Paz y Brasilia para que también tomen en cuenta a su Presidente.
Si bien es cierto que las
autoridades bolivianas mantuvieron su decisión de dejar fuera del proyecto
bioceánico a Chile incluso después de invitar al Presidente Piñera al evento
inaugural, el hecho de que el Mandatario chileno asista y que posiblemente
Brasil intente presionar al Presidente Morales para que acepte incluir al país
del Mapocho; son factores que podrían propiciar que Bolivia termine autorizando
el libre tránsito de mercancías chilenas por territorio boliviano, sin que ello
genere un beneficio mayor al estrictamente comercial para nuestro país.
Es importante aclarar que la idea
de aprovechar esta situación en nuestro beneficio, no es una posición inspirada
en la mezquindad, sino en la convicción de que ya es hora de actuar en función a
nuestros intereses nacionales y a la historia que nos muestra que los errores
políticos del pasado permitieron que Chile se desarrolle a nuestra costa y, en
muchos casos, incluso en detrimento de nuestros propios intereses.
Por tanto, lo más inteligente
sería poner las cosas en claro para que Chile entienda, desde un principio, que
si quiere ser parte de la carretera bioceánica y llegar a un buen entendimiento
con Bolivia; tiene que necesariamente ofrecer algo de valor estratégico para nuestro
país, como una zona portuaria con autonomía, un muelle como el que Perú tiene en
el puerto de Arica o por último, por qué no, un acceso soberano al mar.