viernes, 16 de septiembre de 2016

Reunión de Agentes de Bolivia y Chile

El 12 de septiembre de 2016, los Agentes de Bolivia y Chile para el caso "Obligación de negociar un acceso al Océano Pacífico", se reunieron en la Corte Internacional de Justicia con el Presidente de ese Alto Tribunal, Ronny Abraham, para definir los siguientes pasos a seguir. Al respecto, tuve la ocasión de participar en las siguientes entrevistas.

Agenda de Abya Yala Tv, 12/09/2016


Es Noticia de Telesur, 12/09/2016


La Primera de ATB, 13/09/2016
   

22 comentarios:

  1. Señor Andrés Guzmán.

    1º Como es de público conocimiento vía medios de información, luego de que Bolivia recibiera la Contramemoria presentada por Chile, las propias autoridades bolivianas señalaron que solicitarían a la Corte una nueva ronda de alegatos escritos; por su parte el agente chileno manifestó que si Bolivia solicitaba una nueva ronda, Chile no se opondría a ello. Dado lo anterior, no resulta ajustada a la realidad la versión que Usted emite en su entrevista al señalar que ambos Estados han pedido una nueva ronda, pues lo real es que la petición la ha formulado exclusivamente Bolivia para presentar su réplica, y si la Corte se la concede, entonces, sin necesidad de petición chilena, sino que por mera aplicación de su reglamento y estatuto, deberá conceder a Chile plazo para duplicar. De hecho las autoridades chilenas señalaron que Chile se encontraba listo para ir a los alegatos.

    2º Su relato sobre la negociación de Charaña, atribuyendo responsabilidad a Chile por su fracaso, no se ajusta a lo que al respecto han señalado diplomáticos bolivianos que, a diferencia suya, sí tuvieron participación directa en los hechos, como el señor Ramiro Prudencio Lizón primer secretario de la Embajada boliviana en Santiago al momento de Charaña, pues él señala que la responsabilidad por el fracaso corresponde a Banzer y a la clase política boliviana; y en dicho juicio es acompañado por Walter Montenegro, Julio Siles, ect. Tampoco se ajusta a la realidad documentada su opinión sobre la respuesta chilena, pues basta con leer el texto chileno para advertir que: a) Chile rechazó la pretensión boliviana de un enclave, y b) Que Chile puso más de una condición para que se pudiera concretar la cesión de un corredor, como se advierte al tomar nota de la forma en que se emplean los verbos. De igual modo, su opinión sobre cuál de los 3 Estados dejó de nombrar un representante para destrabar las negociaciones, como se acordó en la cita de los 3 mandatarios, difiere de lo informado por quien si participo de los hechos, pues Usted (para variar) señala que fue Chile, en cambio el señor Ramiro Prudencio Lizón señala que fue Banzer y que lo hizo por la falta de apoyo interno para aceptar el canje territorial. Carece de sustento su crítica a Chile por su reacción frente a la respuesta peruana, pues en documento alguno Chile señaló que aceptaría cualquiera respuesta de Perú, y corresponde a la más elemental lógica que un Estado rechace una propuesta que no le resulta conveniente, y la buena fe no supone abandonar dicha lógica.

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    1. Sr. Contardo:
      Aprecio su interés en mis opiniones y también sus observaciones pues me permiten hacer algunas aclaraciones importantes:
      1º El Agente de Chile ante la CIJ, quien estuvo en la reunión a que se refiere la entrevista dijo a los medios de comunicación que AMBAS partes habían llegado a un acuerdo para iniciar una nueva ronda de alegatos escritos. Lo cual fue confirmado después por el Agente de Bolivia en una entrevista. Por lo cual creo que no estaría bien que yo diga lo contrario.
      2º La opinión de Ramiro Prudencio, aunque muy respetable, no deja de ser una opinión que bien puede ser contrastada con la opinión de Javier Murillo de La Rocha, quien también participó directamente de las negociaciones de Charaña y en un cargo mucho más importante que el de Prudencio. Murillo, quien fue designado por Banzer para negociar directamente con los delegados que Perú y Chile debían designar, cuenta en su libro "El largo conflicto" que Chile rechazó la propuesta peruana y no hizo más por continuar las negociaciones, lo cual se puede demostrar pues Banzer le envío dos cartas a Pinochet solicitándole retomar las tratativas, a lo cual Pinochet respondió indicando que tampoco se había enterado de que Banzer hubiese hecho algo para conseguir el previo acuerdo del Perú, como si fuera responsabilidad de Bolivia dar cumplimiento al acuerdo que Chile firmó con Perú en 1929. La mala fe está en el hecho de que Chile, después de rechazar la propuesta peruana, no hizo ningún esfuerzo más por continuar la negociación.
      Al respecto, mi comentario hacía referencia a la respuesta de Chile al Perú y no a la de Chile a Bolivia.

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    2. Señor Andrés Guzmán.


      1º Dado que hasta la fecha Chile ha sido el último en aportar sus argumentos al juicio, mediante la entrega de la Contramemoria; dado el hecho de que en ella Chile se hace cargo de los argumentos bolivianos; dado el hecho de que Chile incluso presentó la Contramemoria mucho antes de que venciera el plazo, y como no existe limitación a la cantidad de páginas que puede alcanzar ese documento (lo mismo pasa con los otros tres) Chile no estaba ni está en la necesidad de solicitar una nueva oportunidad procesal para exponer por escrito sus argumentos ante la Corte, porque ya se hizo cargo de todo lo que Bolivia expuso en su memoria; y es por ello que se informó que Chile estaba en condición de pasar a los alegatos orales. En cambio, como es natural, es Bolivia la que necesita que se le permita manifestar su parecer respecto del contenido de la Contramemoria y esa necesidad ha surgido luego de su lectura. Por otra parte, las propias reglas de la Corte señalan que si se concede al demandante la opción de replicar, se debe conceder al demandado la opción de duplicar, y ello es lo que ha sucedido. El señor Insulza manifestó que Chile no se había opuesto a la solicitud boliviana de presentar replica, y que hubo acuerdo en materia del plazo propuesto a la Corte para la entrega de la réplica y de la duplica.

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    3. sigo:

      2º Sobre Charaña:

      A) En primer lugar, como ya lo señalé, el señor Ramiro Prudencio Lizón no está solo en su opinión de que el fracaso de Charaña se debe a responsabilidad de Bolivia, pues en el mismo sentido están los bolivianos Marcelo Ostria Trigo, Walter Montenegro, Jorge Siles, ect.

      El señor Siles en su libro sobre el mar señala además lo siguiente acerca de la conducta de Chile en ese proceso:

      - “Los libros escritos por los embajadores Gutiérrez Vea Murguia y Violand revelan claramente que, de parte de Chile, el Presidente Pinochet y su Canciller, Patricio Carvajal, abrigaban el propósito sincero de llegar a un entendimiento con Bolivia; …”, la sinceridad es propia de la buena fe, eso lo sabe todo aquel que ha estudiado derecho;

      - “No puede negarse que, de ambas partes, la boliviana y la chilena, se trabajó con hidalguía y rectitud para alcanzar el propósito tan esperado en Bolivia …”, lo mismo puede decirse respecto de la hidalguía y rectitud;

      - “Por otra parte, sería injusto no reconocer la actuación discreta, caballerosa, del canciller chileno Almirante Patricio Carvajal …”;

      - “Es lamentable tener que reconocer que el factor decisivo en el fracaso en la negociación de Charaña lo constituyó la intervención de Perú, formulada once meses después en la consulta hecha por Chile ….pero aún debe añadirse que el punto final a ese proceso lo puso el propio Presidente Banzer en 1978 al cortar las relaciones diplomáticas con Chile, …”;

      - “… Cierto es que tanto Gutiérrez como Banzer aceptaron en principio la propuesta chilena que incluía el trueque de territorios en la misma dimensión por cada parte negociadora, es decir que Bolivia se comprometía a hacer entrega a Chile de un espacio de su territorio de la misma extensión que el área cedida por Chile al Norte de Arica, … . El reconocimiento boliviano del canje fue reiterado en otras oportunidades a lo largo de la negociación. Repito que solo en la última etapa de la misma, ante la reacción creciente de la población boliviana, Banzer se mantuvo firme en la negativa a esta parte de la proposición chilena”. Página 77 del libro Sí, el Mar.


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    4. sigo:

      B) En segundo lugar, en cuanto a la opinión del señor Javier Murillo de la Rocha y a lo que Usted entiende por conducta de mala fe, cabe señalar lo siguiente:
      - Es cierto que de conformidad al artículo primero del Protocolo Complementario del Tratado de 1929, corresponde solo a Chile recabar el acuerdo previo de Perú para poder ceder parte del dominio sobre Arica a una tercera potencia. Pero también es cierto que la negociación de Charaña era de naturaleza política, dentro de un determinado marco jurídico, y dada esa realidad, no existía ningún impedimento para que Bolivia realizara actividad política, diplomacia, ante Perú para obtener la modificación de la respuesta peruana; de hecho Bolivia mantenía informado a Perú de todo lo obrado en las negociaciones.
      - En ninguno de los documentos elaborados con ocasión de dicha negociación, en particular ni en el Acta suscrita en Charaña, ni en la respuesta entregada por el Canciller Carvajal, Chile manifestó que aceptaría cualquier respuesta dada por Perú a su consulta conforme al artículo 1º del Protocolo. A lo anterior se puede añadir que no existe lógica alguna, menos si se invoca la buena fe como guía de las negociaciones, que permita siquiera inferir o suponer que Chile o cualquier Estado tiene que el deber de aceptar una propuesta que lesiona sus intereses; de suerte tal que los negociadores bolivianos jamás pudieron haberse formado legítimamente la expectativa de que Chile aceptaría cualquier respuesta de Perú. En definitiva, su tesis sobre la mala fe chilena en la negociación de Charaña es arbitraria porque carece de sustento no solo en el derecho sino que también en el más elemental sentido común.

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  2. sigo:

    3º Si como Usted señala, el pueblo boliviano tiene una “herida” respecto de la Guerra del Pacífico que no ha sanado, ello no es consecuencia necesaria de la guerra, caso en el cual dicho pueblo tendría que tener una herida abierta por la derrota frente a Brasil y otra más por la derrota frente a Paraguay; sino que la “herida” es producto artificial de una acción deliberada, emprendida por las autoridades bolivianas que optaron por relatar una versión ajena a la realidad, cargada de victimización, sin asumir las consecuencias de sus actos (violación reiterada de tratados 1866,1873 y 1874 por ejemplo) y buscando excusas en la mitológica intervención de terceros estados para explicar su fracaso.

    4º No deja de llamar la atención la crítica reiterada que en dos entrevistas previas en Abya Yala Tv (con ocasión del “día del mar” y luego por la presentación de la contramemoria) Usted hizo a Chile por el uso del vocablo dialogo, como si fuera una trampa, un acto de mala fe, “no hay que caer en el lenguaje tramposo del dialogo” fueron sus palabras, critica que resulta infundada, errada, atendido el hecho de que basta con dar un vistazo a la prensa de su país para tomar conocimiento de que el propio gobierno boliviano hizo, hacía, y hace reiterados llamados al dialogo con Chile (aunque después cae en la contradicción de generar el clima menos propicio para ello) y atendido el hecho de que la palabra dialogo (y no el vocablo negociación) fue la utilizada por el Papa en su visita a Bolivia para referirse a la aspiración marítima. Nuevamente la opinión contraria a Chile por Usted emitida demuestra ser antojadiza, contraría a los hechos.

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    1. 3º La herida que dejó la guerra del Pacífico en el pueblo boliviano es algo que usted, como chileno, no tiene ni la autoridad ni la moral para desmentir o descalificar. Bolivia no dejó de ser un país amazónico después de la guerra con Brasil, ni tampoco dejó de ser un país chaqueño después de la guerra con el Paraguay. En cambio, después de la guerra con Chile, Bolivia dejó de ser un país marítimo y eso señor Contardo, es algo que usted debería saber o al menos intentar comprender.
      4º En su demanda ante la CIJ Bolivia solicita una negociación, no un diálogo, y si bien el diálogo es indispensable para negociar, lo que queremos no es quedarnos en un diálogo sino llegar a una negociación. No hay ninguna contradicción en lo que dije, yo no tengo influencia ni controlo las palabras de las autoridades bolivianas que efectivamente han llamado al "dialogo" muchas veces, si lo hiciera, le aseguro que el único que escucharía de las autoridades bolivianas sería "negociación".

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    2. Que bueno que asuma la palabra "negociación", pues como ya dijo la CIJ, esta no tiene facultades para tratar algo ya resuelto entre las partes, y dicha negociación de hacerse o no dependiendo del fallo, NO OBLIGA a Chile a darles de por sí lo que quieren, pues la obligación no es "en que" acabará esa hipotética eventualidad, pues la "obligación" será haber cumplido con la instancia de haber negociado de buena fe, con o sin un resultado favorable a Bolivia, la pregunta es, ¿será Bolivia capaz de aceptar un resultado negativo de una negociación de buena fe? porque ahora más enemistad va haber con lo último que dijo Morales sobre "demanda económica", sería bueno verlo hacer alguna autocrítica porque nunca lo he visto opinar sobre la verborrea de su presidente, ya sea porque a ustedes les obligan a no discrepar de él o bien porque pone buen $ a su bolsillo, o quizás porque es bueno darle pantalla por remuneración aprovechando la coyuntura, la única hipocresía que veo es que se piense que en Bolivia se va a generar amistad cuando lo único que hace su presidente es no dejar que la CIJ haga su trabajo (K. Longaric)

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    3. Señor Guzmán.


      3º Sobre la herida que tendría Bolivia por causa de la Guerra del Pacífico, y lo que Usted señala respecto de la opinión que yo manifesté:

      En primer lugar, como es a Chile a quien se imputa haber ocasionado tal herida, y siendo yo chileno, estoy más que suficientemente legitimado para emitir juicio al respecto. Por otra parte, mi moral está más que tranquila y cumplida porque mis opiniones las fundamento en hechos y en las normas de derecho que les resultan aplicables; así por ejemplo, mi opinión de que Bolivia violó el Tratado de Límites de 1874 la fundamenté en los dichos de dos ex Presidentes bolivianos (Baptista y Mesa), del mismo canciller boliviano que lo negoció (Baptista), de diplomáticos e historiadores bolivianos como los señores Gutiérrez y Finot; del canciller peruano que ideo el Tratado de 1873, Riva Agüero, y del Presidente peruano en 1878.

      En segundo lugar, respecto a la supuesta pérdida de cualidad marítima cabe preguntarse lo siguiente: En 1878 por dónde circulaba el comercio de Bolivia, por Antofagasta, por Cobija, o acaso no era por un puerto extranjero llamado Arica, donde Bolivia debía cancelar los derechos que establecía Perú, derechos cuya alza llevaron al Gobierno de Daza a planificar declarar la guerra a Perú en 1878, como se señala en el libro de Querejazu Calvo. Hago el punto porque el propio Estado boliviano, palabras del canciller Sanchez Bustamante, concentro sus aspiraciones en poseer un puerto cómodo, y resulta que eso es algo que no tuvo antes de 1878 y por tanto algo que no pudo haber perdido.

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    4. sigo:


      4º Sobre el comentario que hice respecto del uso de las palabras diálogo y negociación, y el alcance que Usted hace a dicha opinión: Quizás debiera Usted volver a leer lo que escribí, pues en parte alguna sostuve que Usted se estuviera contradiciendo. Lo que dije es que me llamaba la atención que Usted considerara como una trampa el uso del vocablo dialogo por autoridades chilenas, tomando en cuenta que es esa la palabra empleada por el Papa para referirse a la aspiración marítima, y por las autoridades bolivianas regularmente. Su respuesta, entonces, no resuelve la interrogante de por qué es tramposo que Chile hable de diálogo y por qué no lo es que el Papa o las autoridades bolivianas empleen esa palabra para referirse al mismo tema.

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  3. sigo:

    5º También reiteradamente dice Usted en esas entrevistas que “esta vez tiene que ser de buena fe” y “esta vez tiene que ser para llegar a un resultado definitivo”.

    Sobre lo primero, resulta evidente que con esa afirmación Usted está sugiriendo que en las negociaciones previas no hubo buena fe, y para verificar si esa apreciación suya es correcta o no basta con recordar el motivo por el cual dichas negociaciones han fracasado:

    A) La de 1895 fracasó cuando el Congreso boliviano, en uso de sus facultades, libremente decidió modificar el texto del acuerdo a que habían llegado los diplomáticos de ambos gobiernos, introduciendo un elemento o factor que no resultó aceptable para los chilenos; entonces dónde estaría la mala fe de Chile que Usted sugiere? La buena fe no priva a las partes de la posibilidad de rechazar un planteamiento si lo consideran contrario a sus intereses, la buena fe no inhibe tampoco las facultades que los textos constitucionales conceden a los diferentes actores que intervienen en la génesis de un tratado.

    B) La de 1920, según lo señalado por Ramiro Prudencio Lizón, fracasó porque el nuevo gobierno peruano (que era reivindicacionista a diferencia del anterior que era practicista) no quiso disgustar a Perú; entonces donde está la mala fe de Chile? es culpa de Chile el cambio de gobierno boliviano, es culpa de Chile el cambio de postura del nuevo gobierno, es culpa de Chile la evaluación que hace el nuevo gobierno?

    C) La de 1950 por qué fracasó, basta leer a Gumucio Granier para enterarse que el motivo está en la oposición que encontró en los 3 estados (Chile, Perú y Bolivia) y de ese hecho no se puede culpar al Gobierno de Chile ni tampoco al boliviano ni al peruano, pues los actores políticos y la ciudadanía son libres, soberanos en la materia. A lo anterior cabe añadir que en Bolivia volvió a producirse un cambio irregular de gobierno y el nuevo Presidente manifestó que no consideraba el tema marítimo como prioritario, negando que fuera factor de retraso, motivo por el cual decidió no insistir en el tema; es ello culpa de Chile, producto de la mala fe?

    D) La de 1975, Charaña, fracasó según Ramiro Prudencio Lizon, diplomático acreditado en Chile al tiempo de la misma, y por tanto testigo presencial, por culpa del gobierno boliviano y la clase política en general, que se opuso al canje de territorio, a lo que hay que añadir el temor de que el gobernante militar se perpetuara en el cargo sobre la base de un resultado favorable. Es lo anterior expresión de mala fe chilena?

    E) La de 1987, basta leer a Jorge Siles Salinas para advertir la crítica que hace a su propia Cancillería, a vía de ejemplo filtrar la propuesta a los medios antes de comunicarla a Chile, negarse de partida a un canje, insistir en un punto ya rechazado (el enclave), ect; es ello prueba de mala fe chilena?

    Dichos ejemplos demuestran que su apreciación, sobre la ausencia de buena fe en las negociaciones previas, carece de sustento.

    Sobre la segunda afirmación “Esta vez tiene que ser para llegar a un resultado definitivo”: A) Usted olvida que ya la Corte señaló que no se puede predeterminar el resultado de la negociación (para el caso en que se estableciera que existe obligación de negociar y que esté pendiente), y dentro del resultado precisamente se encuentra la alternativa de que la negociación no prospere, que una de las partes no acepte la propuesta de la otra, posibilidad que la buena fe no excluye. B) Omite Usted la decisión desfavorable que pueden adoptar soberanamente los otros actores que, por mandato constitucional, han de intervenir en una materia ligada a la soberanía.

    Atentamente.

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    1. Felicitaciones Sr.Contardo por su brillante exposición aclaratoria al niño economista-diplomático-abogado-comentarista-analista....y un cuanto hay más, que como siempre se atropella en su falta de rigurosidad.
      En fin, es lo que Bolivia mejor produce, porque existen otros personajes que, no siendo tan niños, dejan mucho más que desear.

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    2. 5º Bolivia pide una negociación de buena fe en su demanda para lo cual demostrará ante la Corte que no se ha podido resolver este tema principalmente porque no hubo buena fe de parte de las autoridades chilenas. Usted hace un recuento de algunas de las negociaciones en las que Chile ofreció una salida soberana al mar a Bolivia, pero su opinión no será lo que evalúen los jueces de la Corte, sino los documentos intercambiados por los gobiernos involucrados, sus efectos jurídicos y el contexto en el que se desarrollaron las tratativas.
      No me voy a referir a los ejemplos que usted pone porque nos enfrascaríamos en un duelo de opiniones inconducentes, solo le hago notar que es evidente que Bolivia es la interesada en resolver este asunto y no Chile. Asimismo le hago recuerdo que en la última negociación, desarrollada entre 2006 y 2010 en el marco de la Agenda de 13 puntos y que usted decidió omitir en su recuento, fue Chile el que interrumpió el proceso de negociación al cancelar la reunión que tenía que realizarse en noviembre de 2010 en Arica y no dar explicaciones. Bolivia solicitó retomar las conversaciones en al menos tres ocasiones, pero no hubo más que negativas como respuesta de parte del entonces presidente de Chile y de su Canciller. Esto será considerado por la Corte y no habrá posibilidad de que Chile alegue que hubo buena fe al cancelar una negociación sin dar explicaciones.

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    3. Señor Guzmán:

      5º No hice referencia al Acta de 13 puntos porque ya hace años el Ex Canciller Armando Loayza Mariaca, lamentablemente fallecido, señaló que respecto del alcance y sentido de la expresión “tema marítimo” contenida en dicha documento, los Gobiernos de Chile y Bolivia lo entendían de diferente modo; y dada esa realidad, como yo soy abogado, sé que una discrepancia de tal magnitud genera un vicio del consentimiento que ocasiona la ineficacia jurídica del acto. Habría sido interesante conocer su opinión sobre cómo se configura la mala fe de Chile en las negociaciones señaladas.

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  4. El señor Gabriel Gaspar, embajador extraordinario de Chile, publicó el día domingo 10 del presente una columna titulada “Chile en el exterior” en el diario La Tercera, http://www.latercera.com/voces/chile-en-el-exterior/. En dicho artículo, en su párrafo antepenúltimo, el señor Gaspar señala lo siguiente: “Capítulo importante ha sido el debate de si nuestra diplomacia peca de demasiado juridicismo, como si las relaciones internacionales no estuviesen sujetas a reglas, o de confundir Estado con Mercado. Son debates legítimos”. Con sus dichos, el señor Gaspar sólo se limita a dar cuenta de la existencia de un debate sobre un determinado aspecto, pero en parte alguna de sus palabras admite la existencia de la supuesta característica o sesgo de la diplomacia chilena materia del debate.

    No obstante la claridad del texto reproducido precedentemente, el señor Andrés Guzmán en su cuenta de twitter se permite la siguiente arbitraria interpretación de lo dicho por el señor Gaspar “El Embajador en misión especial d Chile para la demanda marítima boliviana reconoce que la diplomacia chilena peca de mucho "juridicismo".”. Tan peculiar comprensión de lectura nos da la respuesta frente a la pregunta de cómo es posible que al leer documentos en los cuales se ha expresamente manifestado que no dan lugar a obligación alguna para las partes, el señor Guzmán vea la existencia de un “compromiso”, de una “promesa”, de “una oferta”; y el mismo fenómeno se produce respecto de un documento que no ha cumplido con su plena tramitación dentro del plazo perentorio fijado por las propias partes, ect.

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    1. El Embajador Gaspar reconoció claramente que la diplomacia chilena peca de mucho juridicismo, no sólo en el artículo de referencia sino también en declaraciones que hizo a la prensa boliviana, cuando también reconoció que existen muchos temas pendientes entre ambos países.
      Los efectos jurídicos de un documento suscrito por una autoridad y con la intención de quedar obligado, aunque no haya "cumplido con su plena tramitación dentro del plazo perentorio fijado por las partes" (aunque no sé a qué se refiere), genera efectos jurídicos vinculantes.
      No todas las obligaciones jurídicas son convencionales, pues no todas emanan de tratados, existen obligaciones jurídicas NO CONVENCIONALES, que emanan de las declaraciones y hasta los comportamientos de los Estados, eso indica la teoría de los Actos Unilaterales de los Estados.
      Al respecto, es innegable que Chile tuvo la intención o la voluntad de devolverle a Bolivia una salida soberana al mar muchas veces, cómo se puede decir ahora que no existe ningún compromiso, promesa u oferta?

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    2. Los ofrecimientos como ud. los llama no se fundamentan simplemente en "lo que dijo Chile" en esos eventos, la CIJ también tendrá que ver que dijo Bolivia ante ellos, más importante aun, de la lista que usted pone (12 casos) es claro que Bolivia voluntariamente rechazó las propuestas de Chile de o por alguna razón, y es ahí donde se diferencia la suma de supuestos compromisos, pues y ud. alega una obligación de ofrecimiento, esta PIERDE SU EFECTO si su país en paralelo la rechaza, niega o no dispone continuarla, le recuerdo que en Charaña no fue Chile, sino Bolivia quien abandonó el caso, solo por citar un ejemplo, ¿puede convertirse en obligación o cosa pendiente algo que su país abandonó? del mismo modo que Mesa dijo en la entrevista por "actos unilaterales de los estados", Chile usará los propios hechos por Bolivia para demostrar que a consta de sus acciones esa supuesta obligación se pierde, prácticamente una cosa de sumas y restas, obviamente, como ud. es partidario de su causa, no puede decir ni juzgar imparcialidad a sus dichos, porque está comprometido, ni tampoco puede acusar ser objetivo, para un planteamiento que por primera vez se expone en una corte que valga la redundancia ya dijo que NO OBLIGARÁ a Chile a un resultado predeterminado, hágase la idea que cualquier fallo será el equivalente a que la CIJ se lave las manos y lo resuelvan las partes, cuando sabemos que su país, tal y como lo ha demostrado Morales con sus últimos dichos, lo único que le interesa es obtener lo que sea de Chile sin importarle cuanto maltrate las relaciones ¿o me dirá que no intenta hacer eso con su nuevo intento de "demanda económica?, piense un poco, día a día su presidente hace en Chile odiar más a su país, que a diferencia suya les enseñan a odiar a Chile por doctrina

      slds.

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    3. Señor Guzmán:

      6º En cuanto a las palabras del Embajador Gaspar contenidas en el artículo que Usted cito en Twitter, y la respuesta que Usted hace a mi comentario sobre ello, cabe señalar lo siguiente:

      A) Ya en el mes de agosto, con ocasión de su artículo sobre la visita de Choquehuanca a Chile, intercambiamos antecedentes sobre la existencia o no de opiniones vertidas por autoridades chilenas, como el señor Gaspar, acerca de la existencia de temas pendientes (no de naturaleza limítrofe) entre Chile y Bolivia. Usted en principio negó que las autoridades chilenas hubieran realizado declaraciones en tal sentido, y luego admitió su existencia señalando de que era un reconocimiento reciente, de esto último yo discrepe atendido la existencia de la propia agenda de 13 puntos que no es de fecha reciente.

      B) Dicho lo anterior, basta con leer mi comentario para advertir que el párrafo inicial se refiere exclusivamente a un hecho puntual o concreto, la interpretación que Usted hace de las palabras del Embajador Gabriel Gaspar contenidas en el artículo del día domingo 10 del presente, publicadas por la La Tercera, en concreto del párrafo antepenúltimo que transcribí literalmente.

      C) El Embajador Gaspar dijo textualmente lo siguiente: “Capítulo importante ha sido el debate de si nuestra diplomacia peca de demasiado juridicismo, como si las relaciones internacionales no estuviesen sujetas a reglas, o de confundir Estado con Mercado. Son debates legítimos”; y a pesar de la claridad del texto, en el cual el Embajador solo se limita a dejar constancia de un hecho, un debate sobre un determinado asunto, Usted en su respuesta insiste en señalar que en ese texto el señor Gaspar está reconociendo que la diplomacia chilena peca de mucho juridicismo. Señor Guzmán, del vocablo reconocer el diccionario de la Rae proporciona 12 acepciones, de las cuales son pertinentes para estos efectos la número “8. tr. Admitir o aceptar que alguien o algo tiene determinada cualidad o condición.” Y la número “9. tr. Admitir como cierto algo.”, y resulta que ninguna de las 2 permite señalar que el señor Gaspar en el párrafo citado este reconociendo algo distinto a un debate. Si Usted tiene una definición distinta del vocablo reconocer, sería interesante conocerla, al igual que las otras declaraciones del señor Gaspar a que alude en su respuesta.


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    4. sigo:

      D) El que Usted opine o sostenga que un determinado documento, que no ha cumplido todas las etapas de su tramitación dentro del plazo perentorio fijado por las mismas partes, de todas formas genera efectos jurídicos vinculantes, yo solo lo puedo atribuir a un apresuramiento suyo al responder; pues si Usted hubiera consultado a cualquier persona con adecuada formación jurídica, esta le habría dicho que si se venció el plazo establecido para concluir la tramitación, sin que ella se completara, el acto contenido en el documento no genera efecto jurídico alguno. Y lo mismo vale cuando la tramitación no se cumple por algún otro motivo. Hasta los hermanos Chavez Serrano, abogados a quienes Usted ha criticado por los razonamientos o argumentos jurídicos contenidos en su peculiar proyecto de demanda, le habrían dicho lo mismo, siempre y cuando Usted al consultar omitiera que se trata de algo que involucra a Chile, obviamente.

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    5. 7º En relación a los argumentos que Usted indica en los dos últimos párrafos de su respuesta del día 15 del presente mes, hay que señalar:

      A) En cuanto a la obligación de negociar que pudiere tener su origen en un tratado, teniendo presente lo que Usted ya escribió al respecto, en una respuesta que me envió con ocasión de su artículo “Los primeros pasos en la demanda chilena sobre el Silala”, el día 29 de julio del presente año, ocasión en que dijo textualmente: “Los chilenos piensan que pueden firmar acuerdos y luego desentenderse, esa conducta que se ha repetido muchas veces en la historia, es precisamente lo que permitió a Bolivia iniciar un juicio ante la CIJ.”, solo cabe reiterar la pregunta o precisión que le solicité al responderle, el día 4 de agosto, en el punto nº 6, cuando dije “Si lo que Usted afirma es correcto, real, entonces Usted no tendrá inconveniente alguno para: a) individualizar cuál es ese acuerdo, o cuales son esos acuerdos y b) para señalar la fecha en que fueron ratificados por los legislativos de Chile y Bolivia y cuando se produjo el canje.”. Esa simple solicitud no ha tenido respuesta suya hasta la fecha, lo que resulta extraño.

      B) En cuanto a los Actos Unilaterales de los estados, como fuente de obligaciones, en su artículo “La contramemoria de Chile ante la CIJ” yo ya me referí a lo que la Doctrina y la Jurisprudencia han señalado respecto a los requisitos que deben reunir dichos actos para generar obligaciones, y lo hice el 7 de mayo del presente, en el nº 5 de mi respuesta, sin que hasta la fecha Usted haya manifestado su parecer al respecto.

      C) En cuanto al requisito de la intención, la Doctrina (y la cito a falta de norma de derecho positivo en la materia) ha señalado lo siguiente “En primer lugar, no basta que el Estado anuncie el comportamiento que considera realizar, sino que tenga el deseo de imponerse una conducta jurídicamente obligatoria” escrito por la señora Mónica Yamel, en su artículo “El fin de la espiral del caos: la regulación de los actos jurídicos unilaterales de los Estados”. Entonces, como ya dije hace unos días, basta con leer el texto de la respuesta chilena entregada por el Canciller Carvajal y poner atención al modo en que se conjugan los verbos para advertir la falta de intención del Estado de Chile para contraer una obligación jurídica; y al mismo examen se puede someter la Nota Diplomática de 1950, por ejemplo.


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    6. sigo:

      Por todo lo anteriormente expuesto, y contestando directamente la pregunta que Usted formula al final de su respuesta “… cómo se puede decir ahora que no existe ningún compromiso, promesa u oferta?”, manifiesto lo siguiente:

      Primero, porque no existe tratado vigente alguno por medio del cual Chile y Bolivia se hayan comprometido a negociar sobre la materia en cuestión. Si Usted sostiene lo contrario, identifique entonces sin problema el o los tratados, y señale cuando fueron aprobados, ratificados y cuando entraron en vigor.

      Segundo, porque los actos que Bolivia califica bajo el rótulo de “Actos Unilaterales de un Estado” no reúnen todos los requisitos que la Doctrina, y la Jurisprudencia, han establecido para que puedan generar o dar lugar al nacimiento de una obligación. Así por ejemplo se puede objetar:

      a) del Memorándum de 1961, no solo que es un documento apócrifo, atribuido a un diplomático que carece del rango exigido por la Doctrina para poder ser un acto unilateral que cree una obligación, sino que en su texto no aparece voluntad de obligarse jurídicamente, muy por el contrario pues el punto 1 dice “Chile ha estado siempre llano, …., a estudiar, en gestiones directas con Bolivia, la posibilidad de satisfacer las aspiraciones de ésta …”;

      b) de las resoluciones de la OEA invocadas, que mejor para objetarlas que lo señalado por el abogado y diplomático boliviano Jorge Siles en su libro “Sí, el Mar”, obra en que señala “Las exhortaciones de la OEA por grande que sea su fuerza moral, no son más que eso, recomendaciones, expresiones de un deseo vehemente, pero carecen de fuerza ejecutiva”.

      Atentamente.

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  5. Goleada a favor del Sr. Contardo. Mis sincera felicitaciones por el gran dominio del tema.

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