domingo, 3 de diciembre de 2017

El retiro del juez Greewood

Polémico miembro de la Corte Internacional de Justicia, antiguo asesor de Chile, el jurisconsulto británico abandonará su puesto el próximo año, pues no ha conseguido suficiente respaldo en la Asamblea General de la Naciones Unidas para su reelección.
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Los jueces Bhandari (India) y Greenwood (Reino Unido)
Por: Andrés Guzmán Escobari 
Sir Christopher John Greenwood es un controvertido y afamado jurista inglés, cuya opinión legal fue utilizada por el Gobierno británico para justificar la invasión a Irak en 2003, que asesoró a Chile en el proceso sobre la delimitación marítima con el Perú y que, a partir de 2009, se convirtió en uno de los 15 jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). 

En esa condición, durante la fase preliminar del juicio sobre la “Obligación de negociar un acceso al océano Pacífico” entre Bolivia y Chile, preguntó a la defensa boliviana: “¿En qué fecha mantiene Bolivia que se concluyó un acuerdo respecto de la negociación relativa al acceso soberano?”. 

La pregunta generó revuelo y molestia en Bolivia, no sólo porque parecía relacionarse con el fondo del proceso, cuando aún se estaba en la fase preliminar, sino sobre todo porque la imparcialidad de Greenwood había quedado en entredicho porque, valga repetirlo, él había asesorado a Chile en el proceso iniciado por el Perú. De hecho, por esa misma razón, el juez James Crawford (Australia) se había excusado de participar en el caso Bolivia v. Chile.    

Al respecto, en mayo de 2015, el presidente Evo Morales dijo: “Yo siento por lo menos, que por una cuestión de profesionalismo, y por ética y por moral, (Greenwood) debería renunciar o excusarse de estar en esta demanda”.

No obstante, a pesar de la desconfianza que generó el que haya asesorado a la contraparte, después de que Bolivia respondió a la pregunta citada, asegurando que no hay un momento mágico, sino diversas oportunidades en las que hubo acuerdos con Chile, Greenwood decidió votar a favor de la postura boliviana, rechazando la excepción preliminar chilena y declarando que la Corte sí tenía jurisdicción para conocer el caso. Lo que en los hechos demostró que el juez inglés, así como la gran mayoría de sus colegas, habían quedado satisfechos con la argumentación que nuestro país esgrimió para responder a su pregunta y a otra formulada por el juez Hisashi Owada (Japón). 

La reelección frustrada del juez

Por otra parte, respecto a la conformación de la Corte, cabe considerar que el 6 de febrero de 2018, Greenwood y otros cuatro jueces de la CIJ cumplirán nueve años en el cargo y, por tanto, de acuerdo al Estatuto de la Corte, deberán ser sustituidos o reelectos por mayoría absoluta en la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Siguiendo ese procedimiento, el 9 de noviembre de 2017 la Asamblea y el Consejo eligieron a cuatro magistrados, uno por primera vez: Nawaf Salam (Líbano), y tres por segunda ocasión: Ronny Abraham (Francia), Abdulqawi Ahmed Yusuf (Somalia) y Antônio Augusto Cançado Trindade (Brasil). 

No se pudo elegir al quinto juez en esa oportunidad porque en la votación, disputada precisamente entre Christopher Greewood (Reino Unido) y Dalveer Bhandari (India), ninguno de los dos candidatos alcanzó la mayoría absoluta en los dos órganos mencionados, tal como dispone el Estatuto de la Corte. Greenwood se impuso en el Consejo de Seguridad con nueve votos a favor de 15 posibles, y Bhandari sacó ventaja en la Asamblea General, donde obtuvo 110 votos de 193 posibles.

Este virtual empate, que dejó al descubierto una vez más el espíritu anti-democrático del sistema de las Naciones Unidas, obligó a repetir la votación, pero esa repetición, en lugar de contribuir al “desempate”, amplió aún más las diferencias. Aunque el resultado se mantuvo sin alteraciones importantes en el Consejo de Seguridad, en la Asamblea General Bhandari consiguió 11 votos más, llegando a 121, y Greewood obtuvo nueve menos, quedándose con solo 68 votos.

Ante el arrinconamiento progresivo del británico y el evidente estancamiento del proceso eleccionario, que pasó de ser un simple trámite administrativo a una dura batalla diplomática entre la India y el Reino Unido, Greenwood sorprendió a propios y extraños al anunciar el retiro de su candidatura para dar paso a la elección de Bhandari, en un acto que pareció representar una victoria del débil sobre el fuerte o, en otras palabras, un triunfo de la nueva potencia emergente sobre el viejo imperio colonial.

En efecto, el retiro de la candidatura de Greenwood y la consiguiente elección de Bhandari por más de dos tercios en la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad, que fueron celebrados en las calles de Mumbay y Nueva Delhi como si se tratara de una victoria futbolística, dejaron al Reino Unido sin un representante en la CIJ por primera vez en la historia y a la diplomacia británica con el amargo sabor de una derrota en las Naciones Unidas, donde casi siempre había logrado imponer sus condiciones.

Una jugada diplomática
El sorpresivo retiro, sin embargo, según algunos analistas, fue una jugada oportuna pero forzada de la diplomacia británica por evitar la humillación que habría significado el hecho de que, en nuevas rondas de votación, el candidato indio hubiese alcanzado dos tercios en la Asamblea General. Otras voces menos críticas señalan que esa decisión tuvo una relación más estrecha con el interés británico por mantener buenas relaciones comerciales con la India, que es un mercado imprescindible para afrontar la implementación del Brexit, que con una verdadera intención de viabilizar la elección del quinto magistrado de la CIJ. De hecho, por esa razón el Reino Unido habría renunciado a solicitar la conformación de una comisión conjunta de seis miembros, tres de la Asamblea y tres del Consejo, para elegir al juez faltante, tal como lo estipula el Estatuto de la Corte en caso de estancamiento en las votaciones.  

Es importante tener en cuenta este proceso, que ha definido la nueva conformación de la Corte y que al parecer no ha concitado la atención de los países que se encuentran doblemente enfrentados en la CIJ por el tema marítimo y por el asunto del Silala, para diseñar una estrategia de lobby diplomático tendente a influir en los jueces que decidirán la suerte de los casos que Bolivia y Chile presentaron ante esa instancia.

3 comentarios:

  1. Uno de los cinco miembros permanentes que tienen poder de veto en la ONU perdió un sitio en la CIJ cuando un juez de India, Dalveer Bandhari, acabó con mas votos después de muchas votaciones en las cuales los británicos tuvieron que abandonar la carrera ante un rival cuyo país fue colonizado por Gran Bretaña. Este hecho es bastante simbólico y una señal de como cambian los tiempos y relega a Gran Bretaña a un segundo plano ya que por primera vez no tiene representación en la CIJ.

    Esto lleva a India a una situación de preeminencia a nivel mundial por lo cual se escucha su complascencia.

    Bandhari ya habia votado en favor de que se permita ver el fondo de la demanda marítima boliviana al igual que Greenwood. Sin embargo, existía cierta incomodidad con el juez británico ya que había asistido a Chile anteriormente, lo cual era un conflicto de interés que estaba pasando desapercibido. Otro conflicto de interés era que Greenwood había sido recomendado por Daniel Bethlehem, abogado contratado por Chile, cuando Greenwood se postuló la primera vez a la CIJ y cuando Bethlehem estaba a la cabeza de la Oficina de Asuntos Exteriores británicos.

    Por otro lado, como indica este articulo, Greenwood había justificado la legalidad de empezar una guerra en Irak, lo cual no parece ajustarse como una caracteristica que debería tener un juez en la CIJ, que ante todo y en primera instancia fue creada para favorecer la paz. En ese sentido, los abogados por Chile pueden tambien estar fuera de lugar, especialmente Bethlehem quien defendió la controversial construcción del muro en Palestina siendo tambien protagonista de lo acontecido en Irak como el mirar a otro lado ante algunos actos criminales de guerra como son torturas de prisioneros. Otro abogado contratado por Chile, Harold Koh, tampoco encaja dentro del concepto de paz si se ve su historial que incluye el justificar la invasion de Grenada, aunque puede encajar dentro del expansionismo chileno concretado en la invasion y ocupación de territorios bolivianos. Se consiguieron abogados con prontuario invasionista, no parece casualidad.

    Entonces, desde el punto de vista boliviano, la salida de Greenwood es posiblemente conveniente, recordemos que fue el juez que parecía no haber entendido la postura boliviana al hacer una pregunta singular a Bolivia. Por otro lado, la historia nos enemista con Gran Bretaña en lo que se refiere a su apoyo a Chile en la guerra del Pacífico.

    De todas maneras, la salida de Greenwood no garantiza que el resultado sera favorable a Bolivia. Se debe pensar que en cualquier caso Bolivia tiene un largo camino para cumplir su objetivo de recuperar soberanía, y que solo la persistencia de llegar a ese objetivo puede dar el resultado esperado. La presente demanda puede ser solo un paso, el resto debe continuarse con un equipo multidisciplinario y apolítico y que trascienda gobiernos. El actual clima politico no es favorable pues èsta es una empresa nacional. De todas maneras habrá que esperar que la justicia prevalezca.

    Mar para Bolivia!

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  2. ESTA MEDIO MUERTO ESTE BLOG, DÉMOSLE ENTONCES ALEGRÍA CON ALGÚN COMENTARIO DE HECHOS RECIENTES:
    Algunos bolas, llámense seres del altiplano que jamás pisaron el océano Pacífico, están de muerte con Piñera como nuevo Presidente de Chile. Ellos, ilusamente han creído en su insano y retorcido juicio jurídico e histórico, que algún día, algún presidente chileno, alguna vez, abrirá la lista de traidores, tan comunes en naciones de estados fallidos, y les cederá soberanía, así de pura buena voluntad y empatía con la aspiración boliviana.......noooo!!!, señores bolas, no crean en el viejo pascuero, no existe, no existe ese presidente de Chile que cometa suicidio presidencial; tampoco existirá jamás un Congreso Nacional que llegase a aprobar tan descabellada proposición del ejecutivo, que reitero, tampoco existirá. Es realmente una pena, pero así será.
    Ilusamente creen que el Estado chileno es semejante al fallido estado boliviano que cambia de políticas según cambia la posición del sol en el cielo.......noooo señores bolitas.....en Chile las políticas de Estado sí funcionan.
    Por tanto, amigos, no sueñen, ni le crean al dictadorzuelo indígena, comunista recalcitrante, porque sólo busca marearlos (mar....marearlos) con el tonto discurso de que ya pronto.......muy prontito, tal vez mañana, el deseado mar estará allí esperándolos. Noooo, la realidad es que no tendrán mar. Pero, como somos buenos vecinos, podrán venir a Chile, vacacionar, pasarlo bien,traernos algunos dólares y con todo gusto los atenderemos como a todo turista extranjero. Algo que casi, casi olvido: no traigan droga, porque los meteremos al chucho.

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  3. El problema de la actual demanda, es Evo Morales, quien la está utilizando para apernarse en el poder. Los más entendidos y preparados saben que esta acción no traerá el mar a Bolivia, si no que es un primer paso para recuperar soberanía a un muy largo plazo (la única opción viable en realidad). Lo que obtengan de esta demanda será ganancia de cualquier modo, si lo miramos de un punto de vista más amplio, es decir, si la CIJ declara que no hay obligación de negociar (cosa que dudo), ya está instalado internacionalmente el llanto Boliviano por lo que Bolivia puede objetar el tratado de 1904 a través de la Corte permanente de Arbitraje de la Haya (si Chile desconoce el pacto de Bogotá) y de cada paso habrá algo de ganancia.

    Sumamos a que las generaciones actuales, influenciadas por la izquierda de la postverdad no tienen idea de cómo, cuándo y porqué se originó la guerra en Chile y abrazan ideales americanistas despreciando la historia de nuestro país y mirando con muy buenos ojos la cesión territorial (recordemos que los jóvenes de hoy, serán los adultos de mañana). Si Chile se niega a negociar, hoy por hoy no hay cómo obligarlo a ceder territorios..... pero eso puede cambiar en 10 o 15 años más si continúa este trabajo boliviano, pero paradójicamente quién más a trabajado para que esto no se cumpla es Evo Morales y García Linera. En opinión personal mientras estos dos personajes sigan insultando a Chile y su población el inteligente trabajo que han realizado los intelectuales de Bolivia se irá retrasando cada vez más y más ya que crean los anticuerpos necesarios para que Bolivia se mire cada vez con menos simpatía en Chile.

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