Existen varias dificultades que a lo largo de la historia han impedido alcanzar una solución al problema marítimo boliviano. En un principio fueron los intereses políticos y la falta de visión de los congresistas bolivianos; después se añadieron trabas legales impuestas en acuerdos internacionales, como el Protocolo Complementario al Tratado de Lima de 1929, que introdujo al Perú en ese asunto; seguidamente se agregaron posiciones nacionalistas intransigentes de ambas partes que, a través de los medios de comunicación, promovieron la oposición a cualquier intento de solución; a estos inconvenientes, luego se sumaron condiciones impuestas por Chile, como el canje territorial, que no permitieron llegar a buen puerto; todo ello siempre exacerbado por la extrema sensibilidad que conlleva este tema y determinado por una evidente falta de voluntad política de parte de los gobernantes, principalmente chilenos, que han tenido en sus manos la posibilidad de terminar con este largo y difícil problema.
Continuando esa tendencia, en los últimos años surgió un nuevo inconveniente, que hoy parece ser el principal obstáculo para llegar a un acuerdo que permita resolver el problema que genera el enclaustramiento boliviano, se trata del reconocimiento de la soberanía territorial de Bolivia sobre las costas del Pacífico, que los bolivianos demandan y los chilenos rechazan.
Se afirma que es nuevo porque en 1895, 1920, 1926, 1950, 1961 y 1975, Chile aceptó solemnemente y por escrito, considerar la cesión de su soberanía territorial a Bolivia en un espacio situado en la zona fronteriza que comparte con Perú. Por lo cual, la inclusión del tema de la soberanía en las conversaciones para dar solución al problema marítimo boliviano, no es algo nuevo, sino que cuenta con repetidos e importantes antecedentes, que deben ser considerados a la hora de tratar este asunto.
Alguna vez se dijo que el gobierno chileno está imposibilitado de ceder soberanía territorial por la supuesta existencia de una restricción constitucional. Sin embargo, la Constitución Política de Chile no contiene referencia alguna a una posible cesión de territorios. En realidad, lo que generó esas suposiciones, fue la interpretación malintencionada de la ley chilena sobre Seguridad del Estado de 1958, actualizada en 1975, que establece una pena de 5 a 10 años de cárcel para los nacionales chilenos “que de palabra o por escrito o valiéndose de cualquier otro medio propiciaran la incorporación de todo o parte del territorio nacional a un Estado Extranjero”. Sin embargo, es importante aclarar que esta disposición no coarta de ninguna manera la facultad del Estado chileno para suscribir tratados que modifiquen la superficie territorial chilena.
La primera vez que el gobierno chileno manifestó su intención de dejar fuera de las conversaciones con Bolivia al tema de la soberanía fue en abril de 2006, cuando la entonces Ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, dijo que su gobierno “está dispuesto a buscar una salida al mar (para Bolivia), pero eso no quiere decir que esté dispuesto a entregar soberanía...”. Luego, en septiembre de 2007, en la ciudad de La Paz, declaró que “cuando se plantean temas de cesión de soberanía (los chilenos) se ponen un poco a la defensiva”. Con esos comentarios, basados en encuestas realizadas a la población chilena, se establecieron los primeros argumentos de una postura que luego fue adoptada por el gobierno de Sebastián Piñera, quien, el 19 de julio de 2010 afirmó, “Chile tiene la mejor disposición de facilitar el acceso de Bolivia a través de los puertos chilenos a todo el mundo, y vamos a ser muy creativos y perseverantes en facilitar ese acceso al mar. Pero sin duda que tenemos ciertas restricciones, particularmente en lo que se refiere a soberanía”
Por otra parte, según la postura boliviana, para resolver definitivamente este asunto, es necesario que Bolivia recupere un espacio territorial costero y marítimo con soberanía que le permita acceder libremente al mar; porque no se trata solamente de facilitar su acceso al mar, ni de mejorar y/o ampliar su flujo comercial por los puertos chilenos, sino de levantar el injusto encierro impuesto hace más de un siglo al pueblo boliviano y de permitir su reincorporación a la vecindad del mundo a través del mar de manera amplia e irrestricta. Y porque además, así lo establece la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia que en su artículo 267, inciso II dice: “La solución efectiva al diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado boliviano”.
Es importante que la demanda marítima de Bolivia sea clara y firme en sus objetivos centrales, pero no por exigir la más amplia y absoluta soberanía se debe caer en la intransigencia y en el alejamiento de la realidad. La diplomacia boliviana debe actuar en base a las nuevas realidades y concepciones del derecho internacional, sin claudicar en su importantísimo objetivo de reintegración soberana, pero considerando que también es necesario ceder para ganar. En ese sentido, es importante tener presente que para terminar definitivamente con este problema, es necesario que el acuerdo de solución contemple beneficios para todos los involucrados como la única forma de generar un ambiente de coexistencia pacífica, cordial y sincera entre los países que por su geografía concurren a las costas del Pacífico Sur.
Nota: los comentarios vertidos son opinión del autor y no reflejan la postura del Gobierno de Bolivia.
EL DERECHO DE BOLIVIA AL MAR
ResponderEliminarAutor : Jorge Edgar Zambrana Jiménez *
A Bolivia se le ha cercenado su litoral que constituía la verdadera válvula de su vida, pués hemos quedado completamente aislados del mar y con un carácter de tributarios de las naciones limítrofes.
La invasión filibustera, agresión, ocupación, depredación y actual dominio de nuestro litoral por la fuerza militar y la violencia usurpadora que obligó con coacción a firmar el injusto tratado de 1904, es inadmisible e ilegítimo.
La obligada mediterraneidad a que Bolivia ha sido sometida, clama pronta reparación. Recuperar el mar será reencontrar el destino marítimo de nuestro Estado y salvarlo de caer en el engaño de un “corredor” inservible, sin puerto propio ni soberano, al norte de Arica.
Con el Tratado de 1904 Chile ha usurpado los territorios arrebatados, a sabiendas, por el derecho internacional, de que ningún Estado puede imponer a otro la renuncia a perpetuidad de su territorio e independencia.
Lo que ha hecho Chile con Bolivia no tiene antecedentes en la historia mundial. Ningún Estado ha condenado a la asfixia perpetua a otro, como en el presente caso, cercenándole sus únicos vitales pulmones habilitados con gran sacrificio por los bolivianos durante sus primeros cincuenta años de vida republicana : Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla.
Chile tiene la obligación moral, política y ética de restituir a Bolivia su acceso propio y soberano al mar, terminando con el funesto tutelaje que ha imperado hasta hoy. Tienen que reconocer que en 1879 no se produjo una guerra sino un asalto contra un país indefenso, donde Chile aprovechó las circunstancias adversas en las que se encontraba Bolivia para cometer la usurpación mediante invasión militar. El Gobierno transandino debe aceptar que persiste el problema y que no tenemos una “aspiración” a conseguir algo que es suyo sino un derecho a recuperar nuestro mar, el litoral y los puertos soberanos que nos fueron arrebatados . El país vecino trata de engatusarnos con vueltas y engaños cada vez que se busca reparar la injusticia. Si bien, en la legalidad de la letra y la firma del tratado de 1904 que se le impuso a Bolivia, se dice que Chile accede al dominio del Departamento del Litoral Boliviano, no es legítimo que esa letra sea en la práctica una condena al enclaustramiento perpetuo de un Estado que, como el boliviano, merece por derecho propio contar nuevamente con sus vitales puertos SOBERANOS, con los que sustenta su DERECHO AL MAR.
* El autor es Ingeniero Civil y Analista de Historia; correo electrónico : zambranajorge@yahoo.com
No es justo tener que pagar de por vida los costos de una derrota.
ResponderEliminarEso lo convierte a usted en un "inconforme". Su aspiración(disfrazada con la palabra "derecho")no obliga a otro estado a cambiar "soberanía" en desmedro de otro, MENOS, hablar de "buena fe" cuando una de las partes es "obligada" ¿Cuándo es buena fe cuando a una parte se le obliga?
EliminarLa aspiración boliviana es un capricho, nada más, perfectamente pueden tener todas las facilidades de acceso al mar que les garantiza el tratado ¿es el tratado el problema? NO, es porque prefieren "dejar" que la situación con Chile les de el "pretexto" para decir que el tratado no les ayuda, porque si el acceso fuera un problema hubieran ido a la CIJ a pedir que "se cumpliera" el tratado de 1904, en vez de usar lo problemas de estos meses para buscar la sentimentalidad de la corte.
Aunque la demanda no toque el tratado, porque de hecho no lo toca, cualquier negociación puede de por si tocarlo, y claro, como la corte no puede hablar del tratado, presentaron su demanda sobre supuestos compromisos, eso la corte puede determinar, pero tarde o temprano en cualquier posible negociación el tratado terminará por ponerse en la mesa, y claro, no es proceso de la corte verlo, sino entre las partes, lo siento por ustedes, pero haber hecho lo necesario para "desplazar" el tratado fuera de la Haya, no implica que no tendrá que ponerse a discutir en una negociación que, como sabemos, Chile por ningún motivo dará "soberanía" en desmedro propio por ustedes.
Y no creo que su fracaso les afecte tanto, si con más de 1 siglo de "no", ¿les afecta que nuevamente no obtengan nada? no lo creo.
Chicos sea lo que sea que se tenga que hacer... háganlo. Los chilenos ya se creen que el territorio les perteneció desde siempre. Es por eso que le temen a la soberanía...
ResponderEliminarEl desconocimiento de la historia, produce calambres en el cerebro.
ResponderEliminarReclamen sus supuestos derechos, pero no habrá un chileno, menos un presidente, dispuesto a entregar lo que nos pertenece a todos.
Perdieron la guerra, perdieron el territorio, que nunca fue boliviano.
Asuman pronto y serán más felices.
Aprendan de Santa Cruz que tiene un excelente nivel de vida y desarrollo.
Para mi en el analisis realista de la situacion Chile no sedera ni un km. a menos que saque algo a cambio, en las relaciones internacionales los estados se mueven por el interes, maximizar sus ganancias,cualquier gobierno chileno esta prohibido de entregar territorio este seria llamado traidor a la patria,es mejor intentar tener acceso al mar por otros medio desarrollarlos y sacar beneficios. Hasta que el Estado Boliviano como tal tenga una objetivo a largo plazo en cuanto a este tema se refiere sera inutil, si no estamos preparados para luchar con argumentos y astucias de la contraparte, si los que nos representan no tienen la menor idea de donde estan y para donde vamos es imposible, esto viene de años cuando los embajadores, y representantes veian solo sus intereses y no el del pais,cuando entregaron territorios, vendieron la patria, en primer lugar hay que crear el patriotismo en nuestra gente que no se vendan por nada.
ResponderEliminarEstimado, creo que deben aceptar que lo suyo es una "aspiración" deben olvidarse de exigir, demandar o tratar de obligar al estado chileno a "reparar", "resarcir" lo injusta de la guerra y sus consecuencias.
ResponderEliminarSaben muy claramente que cuando sacan a relucir sus argumentos sentimentales-morales, claro el mundo los apoya por la simpatía hacia los pueblos pobres pero por argumentos de derecho y judiciales son el hazmerreír, saben bien que el derecho internacional no acudirá ya que existe un tratado firmado y ratificado por ambos congresos, saben que el pacto de Bogotá rige desde 1948 en adelante, saben que en 1920 la liga de las naciones les cerró la puerta a la revisión del tratado y además la denuncia del tratado por la parte Boliviana traera un problema mayúsculo con olor a pólvora.
Chile puede hacerlo para defender su soberanía y territorios, y créanme que no tendrán cómo parar la embestida ya que el desconocimiento de tratados es un casus belli.
Sr. Anónimo,
EliminarPara los bolivianos recuperar un acceso soberano al mar no es una aspiración, es un derecho.
Concuerdo con lo que dice acerca de que hay un tratado firmado y que el Pacto de Bogotá no puede solucionar controversias sobre acuerdos suscritos antes de la fecha de su entrada en vigor. Pero más allá de eso no habrá algún otro argumento jurídico que pueda utilizar Bolivia?...
Por otra parte, el gobierno boliviano jamás dijo que desconocerá o denunciará el tratado, esa es una especulación inventada en Chile que intenta dañar la imagen de Bolivia ante la opinión pública internacional.
Sumado a ello están las declaraciones de las autoridades de Chile acerca de que "Bolivia debe atenerse a las consecuencias" , que sus FFAA "están en condiciones de hacer respetar los tratados" y que van a utilizar "toda la fuerza del mundo".
Ahora usted viene con el olor a pólvora y que no podrán parar la embestida.... con amenazas no vamos a avanzar nada.