sábado, 13 de mayo de 2017

Si Bolivia se retira de la OEA

Desprestigiar a la OEA o retirarse de su sistema no sería lógico ni conveniente, pues perderíamos la posibilidad de capitalizar los triunfos diplomáticos que obtuvimos en ese organismo.
OEA. El canciller chileno Schweitzer y el canciller Ortiz, en 1983 (Nueva York).
Los Embajadores de Chile y Bolivia ante la OEA, Miguel Schweitzer y José Ortíz Mercado, tras aprobar la Resolución 686 de 1983
Por; Andrés Guzmán Escobari
Publicado en La Razón 

Después de que el gobierno de Venezuela decidiera retirarse de la OEA, algunos analistas aficionados a las relaciones internacionales de nuestro medio, oficialistas y allegados al oficialismo, sugirieron que Bolivia siga el mismo camino de autoexcluirse del sistema interamericano, porque, según ellos, no nos sirve de nada.

Sin embargo, esa sugerencia, adoptada entre otras cosas, por la molestia que efectivamente provoca el hecho de que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, se haya convertido en el principal líder de la derecha latinoamericana y sólo tenga ojos para Venezuela (no así para México o Brasil); no prioriza nuestros intereses nacionales que lejos de relacionarse con el gobierno de Maduro, están centrados, o deberían estarlo, en la necesidad que tiene nuestro país de recuperar un acceso soberano al mar.

En efecto, teniendo en cuenta que el gobierno de Evo Morales interpuso una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), para que ese alto Tribunal falle y declare que Chile tiene la obligación de negociar de buena fe un acceso soberano al mar para Bolivia, y considerando también que la OEA se ha pronunciado en ese mismo sentido varias veces (es decir recomendando a los Estados involucrados a iniciar “negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexión territorial libre y soberana al Océano Pacífico”), no resulta nada inteligente menospreciar a dicho organismo, ni mucho menos abandonarlo en estos momentos que estamos cerca de una posible negociación con Chile. 

Mas bien, lo que debemos hacer es destacar el valor de las 11 resoluciones que adoptó la Asamblea General de la OEA en relación al problema marítimo boliviano que no sólo recomiendan iniciar negociaciones para levantar el enclaustramiento geográfico, sino que además consagran al “Problema Marítimo Boliviano”, como “un asunto de interés hemisférico permanente”.

Al respecto, es sumamente importante recordar, tal como lo resalta nuestra demanda ante la CIJ, que de esas 11 resoluciones, tres fueron aprobadas con el voto favorable de Chile, y una, la de 1983, exhorta: “a Bolivia y Chile a que en aras de la fraternidad americana, inicien un proceso de acercamiento (…) que haga posible dar a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico sobre bases que consulten las recíprocas conveniencias y los derechos de las partes involucradas”.
               
Esta exhortación, que, valga reiterar, fue aprobada por Chile, así como las otras manifestaciones que hizo el Estado chileno en pos de negociar una salida soberana al mar para Bolivia, que se expresaron en distintos actos unilaterales y compromisos bilaterales; deben ser valoradas y destacadas por nuestro gobierno ahora que nos acercamos al fin del proceso judicial ante la CIJ, que llegará aproximadamente a mediados de 2018.

En otras palabras, si el fallo de la CIJ resulta favorable a Bolivia, tendremos que iniciar una negociación con Chile en la que necesitaremos el apoyo de todos los países y organismos internacionales que puedan y quieran respaldar a nuestra causa, o como el caso de la OEA, que ya la respaldó en el pasado.

Por todo lo dicho y de acuerdo a nuestros intereses nacionales, Bolivia debe hacer valer las recomendaciones de la OEA de cara a lo que podría ser una negociación con Chile iniciada bajo la égida de un fallo de la CIJ. Desprestigiar a ese organismo o retirarse de él no sería lógico ni conveniente, pues perderíamos la posibilidad de capitalizar los triunfos diplomáticos que obtuvimos en esa instancia.                                                                                                                                             

8 comentarios:

  1. Nuevamente,el tema del mar le produce una calentura cerebral exorbitante a Guzmán Escobari, al borde del paroxismo, y que le provoca graves alucinaciones y lo sacan de la realidad. Está grave, hay que decirlo.
    En primer lugar: El Secretario General de OEA está inhabilitado para inmiscuirse en un juicio cuya resolución es de exclusiva competencia de la CIJ de La Haya, y el Reglamento mismo de ese organismo así lo señala, algo que Bolivia por supuesto ha violado. Extraña que un "experimentado diplomático" como Guzmán Escobari no lo sepa y se lo pase olimpicamente por el aro.
    Segundo: Las resoluciones de la OEA no son más que recomendaciones a los estados, no tienen fuerza legal, y por tanto Chile no tiene porque atenderlas obligatoriamente; en eso nosotros nos las pasamos por el aro por mar soberano NO TENDRÁN JAMÁS;
    Tercero: En caso de lo que Bolivia cree que podría ser una resolución favorable a sus intereses, vale decir que ordene un diálogo, Chile también se la podrá pasar por el aro porque violenta un acuerdo anterior como es el Tratado de Paz y Amistad de 1904, aunque también existen otra alternativas, todas ellas encaminadas a pasarse por el aro la demanda boliviana. Por tanto,.....por tanto,....ni sueñen con llegar a alguna "negociación", eso no será jamás, mucho menos con ahora, con el iletrado a la cabeza de Bolivia.
    Cuarto: Cuándo Guzmán Escobari habla de "triunfos diplomáticos" que, según él, han favorecidos a Bolivia.....a los chilenos nos provocan una gran hilaridad, ya que a pesar de "esos triunfos".....jamás lograron nada, absolutamente nada.

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    1. bueno, un exaltado chileno incapaz siquiera de poner su firma a lo que opina. Además de agresivo, cobarde.

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  2. Una aclaración al punto Primero: No es que el Secretario General de la OEA "no pueda inmiscuirse en el juicio en La Haya", sino que ni siquiera puede opinar de él, nada, que es justamente lo ha hecho Bolivia al opinar sobre dicho juicio en todos lados, eso está prohibido por la Corte.
    Y Quinto: Me da tanto gusto leer sus artículos llenos de sueños y alucinaciones como digo, que hasta siento un poquito de pena por él, porque es como cuándo un niño quiere un juguete que no puede tener y patea y rabea, y al final se frustra, y queda traumatizado de por vida, por ese sueño no cumplido. Moraleja: Mejor es no soñar con cosas imposibles.

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  3. La foto parece mostrar, en la izquierda, si no me equivoco, al ex Presidente de EEUU, Bush padre.

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  4. Andrés, muchachito, es casi seguro que eres un "buena persona" puede ser......en tu entorno familiar...pero eres...un muy pequeño niño en tu blog, instruido a medias... y sin duda, un mal Cristiano, pensando en la gran corriente Católica que hay en Bolivia....pero ...de la boca para fuera, claro, porque los criminales son los mejores representantes del Estado Plurinacional de Bolivia...jajaja., hasta el nombre de tu país da VERGÜENZA AJENA.
    En realidad,....Bolivia jamás debió haber existido en el ámbito de las naciones sudamericanas. Bolivia nunca fue una nación, un estado,....hasta hoy. Sólo son hordas indígenas que bloquean caminos, carreteras,...lo que sea. Bolivia es una horda dónde nadie gobierna....esa es la realidad.

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  5. Andrés, bloquea este anónimo que debe ser Bustos ya que ataca personalmente en vez de referirse al tema con insultos que no deberían pero permitirse en este espacio.

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  6. Tenga o no gravitación el hecho de que Bolivia haya conseguido el apoyo de los países integrantes de la OEA respecto al problema marítimo en el siglo pasado, la posición de Bolivia ahora, tiene que estar de acuerdo con lo propuesto en nuestra demanda marítima ante la CIJ, es decir mantener un respeto por sus designios o mantener una distancia cuando se presentan casos controversiales (Por favor!).
    Estratégicamente, no es el momento de aislarse. El interés de Bolivia tiene que estar por encima de lo ideológico. Bolivia debería mantener una consistencia de abogar por lo que se considera correcto como por ejemplo el apoyo de conceptos democráticos y de justicia que continuaría una tradición de conducta en el interior de la OEA que puede tener peso y coherencia con nuestra demanda marítima (obviamente).
    Acerca de aislamientos, fue Chile que tiene en su historia diplomática, situaciones de aislamiento cómo en los casos citados en este artículo referido a 11 resoluciones de la OEA que favorecían al Bolivia, con la excepción de 3 ocasiones, pero principalmente una de ellas que menciona soberanía. Pero el aislamiento chileno puede remontarse a otras ocasiones como cuando aconteció la guerra de las Malvinas en la cual Chile fue uno de dos países de la OEA que no apoyo a la Argentina. La escusa de que Argentina atacó primero es un argumento muy débil pues lo que correspondería en todo caso era ser neutrales, como pretendió serlo para ser desenmascarado posteriormente por Margaret Thatcher que no pudo callarse. Este es un asunto que todavía debe ser aclarado en la OEA.
    En otra ocasión y en pleno desarrollo de la segunda guerra mundial y cuando ya hubieron ataques contra intereses americanos, como buques brasileros hundidos y otros, Chile fue uno de dos países que se aislaron en no condenar lo nazi, es más, albergaron y toleraron espías. En una mirada retrospectiva se puede decir que fue una equivocación más de la diplomacia chilena de varias en que se aislaron y no precisamente por principios nobles.
    Si nos remontamos a tiempos anteriores, se puede mencionar cuando Chile se aisló en ocasión de la primera conferencia interamericano celebrada a unos años después del final de la guerra del Pacifico cuando se emitió una resolución en la que se condenaba la invasión de territorios a lo cual por supuesto Chile se opuso porque tenia un pie entero en territorios bolivianos /peruanos.
    Recientemente, en Chile se discutía la salida del Pacto de Bogotá, en otra acción de desconocimiento de organismos internacionales que se convierte en constante y que indica que Chile tiene problemas que lo alejan de ese posición multilateral de la cual se imagina líder, lo cual es prueba de que su historia no le permite tener principios sólidos, de ahí su crónico aislamiento.
    Bolivia debe aprender de errores ajenos y evitar la trayectoria sinuosa de Chile y debería mantener su postura de apoyo a principios democráticos e integracionistas dentro de las instituciones internacionales, todo dentro del marco de nuestro objetivo máximo a nivel internacional, una salida soberana al Pacifico.

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    1. Interesante apreciación Nélson, a los ejemplos que señalas habría que sumar la vez que un golpe de Estado impuso en el gobierno de Chile a la junta de Iquique en 1891, y ningún país quiso reconocer a ese nuevo gobierno chileno. Ante esa situación de aislamiento, los gobernantes chilenos le ofrecieron una salida soberana al mar a Bolivia para obtener su reconocimiento, y una vez que lo obtuvieron, nunca cumplieron sus promesas de dar una salida al mar... como tantas veces ha ocurrido a lo largo de la historia.

      Saludos.

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