martes, 20 de marzo de 2012

¿Se repetirá la historia?

Por: Andrés Guzmán Escobari
Publicado en La Razón

En 1919 el gobierno boliviano anunció su intención de demandar a Chile para recuperar una salida soberana al mar.
El fin de la Primera Guerra Mundial había propiciado el surgimiento de un nuevo orden mundial basado en los 14 puntos propuestos por el Presidente estadounidense Wilson; quien, entre otras cosas, reconocía la necesidad de que todos los países tengan acceso al mar. Así, los vencedores de la guerra decidieron crear la Liga de las Naciones como órgano jurisdiccional encargado de resolver los problemas que pudieran amenazar la paz mundial. Todo esto dio una señal de esperanza a Bolivia y Perú que mantenían asuntos pendientes con Chile desde 1879.


Estos hechos y la irrupción de un gobierno anti-chileno en Bolivia, al igual que hoy, tensionaron seriamente las relaciones en la región. Pero los intentos de Chile por disuadir a sus vecinos de no recurrir a la Liga de las Naciones fueron más allá de las amenazas discursivas que también se escuchan en nuestros días en la voz del Ministro de Defensa chileno. Pues, en esa ocasión, Chile llegó a movilizar un gran contingente militar hacia sus fronteras del norte.
Surgieron entonces dos corrientes de pensamiento político en Bolivia. Por un lado, los practisitas del partido liberal que en función de gobierno iniciaron gestiones ante la Liga de las Naciones para conseguir el puerto de Arica y, por otro lado, los reivindicacionistas del partido republicano quienes, una vez en el poder, y con el objetivo de recuperar los territorios perdidos en la guerra de 1879, presentaron una demanda contra Chile en 1920 exigiendo la revisión del Tratado de 1904.
Dicha demanda que después de algunos retrasos fue incluida en los temas a tratar por la Asamblea de la Liga en 1921, invocó el artículo 19 del Tratado de Versalles que otorgaba al nuevo órgano jurisdiccional la facultad de invitar a los Estados a un nuevo examen de los tratados que hubiesen llegado a ser inaplicables o que pusieran en riesgo la paz mundial. Sobre esa base, Bolivia alegó que el Tratado de 1904 fue impuesto por la fuerza; que Chile no había ejecutado puntos fundamentales del mismo; que esa situación constituía una permanente amenaza de guerra, citando como prueba la movilización militar chilena; y que, como consecuencia de ese tratado, Bolivia había quedado absolutamente enclaustrada. Todo ello se hizo inicialmente en coordinación con Perú que al poco tiempo retiró su demanda previendo quizás el inminente fracaso.  
Por su parte la delegación chilena arguyó, entre otras cosas, que la demanda boliviana debía ser rechazada por contrariar el propósito constitucional de la Liga de “asegurar el cumplimiento de los tratados internacionales”. 

Después de la revisión de los argumentos, la comisión de juristas designada para pronunciarse al respecto emitió un informe que decía: “tal como ha sido presentada la demanda de Bolivia, es inadmisible debido a que la Liga de las Naciones no puede por sí misma modificar ningún Tratado y porque la revisión de los tratados es competencia exclusiva de las partes contratantes”.
Como esa norma acerca de que la revisión de los tratados sólo es posible con el acuerdo de las partes continúa en plena vigencia, es muy probable que se repita la historia si Bolivia inisiste en demandar la revisión del Tratado de 1904.   

1 comentario:

  1. A PALOS CON LOS BURROS3 de octubre de 2019, 4:53

    Claro, la historia podría repetirse si los torpes insisten en sus torpezas; esperemos que en pleno siglo XXI no vuelvan por las mismas, toda vez que ahora podrían se borrados del mapa.

    ResponderEliminar