Lo más importante y necesario en estos momentos es contar con una estrategia que nos permita afrontar el fallo de la CIJ, sea cual fuere su tenor.
Bandera del Litoral. Fuente: Los Tiempos |
Por: Andrés Guzmán Escobari
El mes de
marzo de 2018 comenzó con grandes expectativas en Bolivia respecto a lo que
ocurrirá con nuestra demanda marítima en La Haya, donde una nutrida delegación
boliviana, compuesta por las más altas autoridades del país – actuales y del
pasado reciente –, asistirá a las audiencias orales del caso registrado en la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) como “Obligación de negociar un acceso al
Océano Pacífico. Bolivia v. Chile”.
Las
expectativas son grandes no sólo porque se trata de un tema de altísima
importancia para el país, sino también porque lamentablemente se han creado
falsas esperanzas en el pueblo boliviano respecto a lo que podría dictaminar la
Corte.
Ciertamente,
debido a que algunas autoridades han dicho que “estamos por primera vez muy cerca
de volver al Pacífico con soberanía” y “esperamos que [esta historia] termine
con un fallo justo, certero y correcto que nos devuelva a los bolivianos
nuestro derecho de ser un país con un acceso soberano al mar…”; muchas personas
que no conocen los pormenores del caso creen sinceramente que la CIJ puede obligar
a Chile a cederle a nuestro país una salida soberana al Océano Pacífico o que
ese tribunal puede reconocer la existencia de un derecho al mar para Bolivia,
lo que en realidad no es cierto ni tampoco posible.
De acuerdo
a lo que hemos solicitado en nuestra demanda y a las facultades que tiene la
CIJ, lo máximo que podemos esperar, en el mejor de los casos, es que ese alto tribunal
falle y declare que Chile tiene la obligación de negociar de buena fe un
acuerdo que le dé a Bolivia un acceso plenamente soberano al Océano Pacífico.
Lo cual si bien representaría un gran avance, inédito en la amarga historia que
hemos vivido los bolivianos en este tema, plagada de frustraciones, burlas y
promesas incumplidas; es altamente discutible que estemos más cerca del mar que
nunca si consideramos que en 1895, 1920, 1926, 1950, 1961 y 1975 Chile se
comprometió o prometió negociar soberanía.
Por otra
parte, tampoco podemos esperar que la CIJ nos devuelva nuestro derecho a ser un
país marítimo porque sencillamente no hemos pedido eso. De hecho, después de
que Chile intentó cuestionar el objeto de nuestra demanda en su objeción preliminar
de competencia, aduciendo que Bolivia estaría buscando que se le reconozca un
supuesto derecho a poseer un acceso soberano al mar de manera encubierta; la
Corte tuvo que aclarar en su fallo (par. 32) que la demanda boliviana no
solicita ese reconocimiento y que si bien puede suponerse que el acceso
soberano al mar es el objetivo último de Bolivia, es necesario distinguir entre
ese objetivo y la controversia presentada a la Corte que versa únicamente sobre
la existencia de una obligación de negociar un acceso soberano al mar y el
deber que tiene Chile de cumplir con esa obligación.
Con esto no
quiero decir que la demanda haya sido un error, todo lo contrario, creo que es
lo mejor que pudimos haber hecho dadas las circunstancias que nos tocó vivir después
de que el gobierno chileno de Sebastián Piñera interrumpió las negociaciones de
la Agenda de 13 puntos a finales de 2010, que habían sido iniciadas auspiciosamente
durante la primera administración de Michel Bachelet. Pero también considero
que es importante ser claros en esto, el fallo no nos devolverá el mar, sólo
podría contribuir a que lo recuperemos mediante una negociación y el éxito de
esa posible negociación dependerá única y exclusivamente de las partes.
Esto es
importante aclararlo y sería bueno que también lo aclaren nuestras autoridades,
para evitarles una nueva frustración a todos esos bolivianos que están
esperando más de lo que podemos lograr en este juicio y para iniciar además un
proceso de socialización y debate, en el que nos preparemos como sociedad para
los posibles escenarios que se abrirán después del fallo de la CIJ.
Si la Corte
falla a favor de Bolivia, entonces será imprescindible contar con un consenso
generalizado entre bolivianos respecto a qué queremos, qué entendemos por
“acceso soberano” y lo más importante y difícil de todo: qué estaríamos
dispuestos a dar para obtener lo que estamos buscando.
La
definición de estos temas entre los bolivianos les daría a nuestros gobernantes
y futuros posibles negociadores una idea más clara de qué debemos pedir en esa
posible negociación y qué podemos ofrecer. En este punto, es también una
realidad no atribuible al actual gobierno, que muchos bolivianos esperan un
resarcimiento total de parte de Chile, en el que se compense, redima y remedie
el daño infligido a Bolivia a partir de 1879. Lo cual, si bien es absolutamente
comprensible y legítimo, no resulta realista ni conveniente considerando nuestra
realidad en términos de poder relativo frente Chile y las posibilidades que
ofrece el derecho internacional a países como el nuestro para resolver este tipo
de injusticias.
Por eso es
necesario flexibilizar esas viejas posturas que exigen un resarcimiento total y
que no quieren que Chile obtenga más beneficios de un acuerdo con Bolivia, porque
lo único que hacen es perpetuar nuestro encierro geográfico.
Pero
volviendo al manejo político del asunto, debemos estar conscientes de que
llevar a varios personajes políticos a La Haya o coser la bandera más larga del
mundo, no nos devolverán el mar. Lo que verdaderamente podría ayudar es la elaboración
de una estrategia diplomática para lo que vaya a venir, que incluya las
conclusiones de ese debate interno que se requiere hacer entre bolivianos, que
considere las teorías de la negociación y que priorice a nuestros intereses
nacionales por encima de los nacionalismos y las ideologías.
Con esto
tampoco estoy diciendo que está mal que se conforme una gran comitiva para las
audiencias orales o que se confeccione una gran bandera de nuestra Fuerza
Naval, al contrario, esas iniciativas promueven la unidad entre bolivianos y
hacen que nuestra causa se fortalezca y se conozca más en el mundo. Pero lo más
importante y necesario en estos momentos, valga repetirlo, es contar con una estrategia que nos
permita afrontar el fallo de la CIJ, sea cual fuere su tenor.
Finalmente,
cabe señalar que es totalmente legítimo que un gobierno aproveche los réditos
políticos de una gestión emprendida por cuenta propia, más aún si se trata de
una medida que nadie más se atrevió a tomar en el pasado; pero cuando ese
aprovechamiento sobrepasa el límite de la realidad y genera falsas expectativas,
pierde gran parte de su legitimidad y se convierte en una bomba de tiempo para
sus promotores.
Se debe guardar una postura sobria ante nuestra demanda marítima. Si bien es verdad que la lógica indique que se puede conseguir un buen resultado para Bolivia, debemos anticipar cualquier desenlace.
ResponderEliminarSi bien el asunto será analizado jurídicamente, la clave del mismo gira en torno a la historia de las “promesas incumplidas" como las llama Andrés, será bueno explicar el fondo histórico desde tiempos coloniales cuando fondos provenientes de las minas de Potosí ayudaron a la supervivencia de Chile que estuvo a punto de ser borrada por los Araucanos. Nos deben desde entonces.
Luego, Chile inició dos guerras contra nosotros, las mismas que nos cambiaron la historia de manera cualitativa de donde se puede concluir que Bolivia quedó desfavorecida enormemente. Se debe aclarar también que Chile vive, se alimenta y se arma mayormente con los bienes adquiridos de los territorios ocupados bolivianos.
Ahora, se puede asegurar que parte del dinero que ganan los abogados de Chile provienen de esos territorios y esto debe ser explicado a jueces y abogados de Chile de modo que lo asimilen y sientan el peso de la injusticia.
En principio había dudado de nuestra demanda, pero al mismo tiempo había pensado que era hora de hacer algo y que se debe arriesgar algo, así sea con lograr conversaciones como esta planteada la misma. Pero también es importante el trabajo paralelo de dar a conocer las causas de nuestra demanda pues la ignorancia de la misma hacia difícil entenderla. Hoy la situación es algo mejor pues se consiguió difundirla de forma que se puede escuchar el entendimiento entre bolivianos, pero más importantes, de chilenos y la comunidad internacional.
Entonces, ésta demanda ha servido para aclarar datos históricos, pero también para ponernos al día en asuntos jurídicos y para caer en cuenta que si bien estamos usando un tema relativamente nuevo, como el de cumplir promesas, se puede seguir explorando “rincones" jurídicos en el futuro. También descubrimos que tenemos una falencia, así como otros países incluido Chile, que tienen que recurrir a abogados de habla inglesa y francesa para desenvolverse en la CIJ. Esto nos está enseñando algo, que debemos estar mas preparados en el futuro, y formar profesionales con conocimientos extensos acerca del mundo. Hoy tenemos que resignarnos a ser representados por abogados que no van a tener en la médula de sus pensamientos, el sentir boliviano.
Por todo ello, debemos estar preparados para cualquier resultado y planear los siguientes 50 años con un equipo estable y que trascienda gobiernos pues esta es una causa nacional. Igualmente, se debe mantener el objetivo inicial de conseguir retornar al océano Pacífico en forma óptima y holgada y soberana. La demanda de hoy es sólo un paso que debe ser continuado.
Mar para Bolivia!!!
Don Andrés, después de leer muchos comentarios sobre el tema de la demanda boliviana, sus pensamientos los considero como los más certeros y aterrizados que me he encontrado, incluso mucho más que autoridades como Carlos Mesa y todos los actuales gobernantes bolivianos.
ResponderEliminarEn BoliviaTV, Evo Morales está más presente que Kim Yong Un en la televisión norcoreana y lamentablemente usted me lleva a pensar que tengo la razón cuando prometen a la población de su país territorio soberano en el pacifico cuando la corte no tiene ni puede hacerlo.
Así mismo déjeme comentarle que profesionales como usted son los que más debemos temer en Chile, ya que tienen las ideas claras y a un largo plazo..... esto no se resolverá con Evo Morales insultando en la mañana y pidiendo diálogo de hermanos en la tarde, si no que concientizando a su población de que sólo con trabajo y conocimiento podrán romper la defensa chilena al respecto, ya tienen un gran avance. Nuestras generaciones más jóvenes no tienen idea de lo que pasó en 1879 y son educadas por internet y la tv por lo que es más fácil implantar post verdades como Canchas Blancas.
Sólo queda felicitarlo humildemente por sus escritos y deseando de corazón que tengan el fracaso más rotundo en la corte de justicia se despide un chileno promedio.
Andres, me parece muy acertado que hayas entendido la demanda, y que a su vez, hayas podido bajar las revoluciones a tus comentarios.
ResponderEliminarPero entiendo que la ignorancia del pueblo Boliviano es la normalidad. Asi aparecen comentarios como las de Nelson Cespedes, con sus "Chile nos Debe..., Chile se alimenta de lo que era Bolivia... o Chile le paga a los abogados con platas de lo que era Bolivia..."
Lo importante es dentro de Comentarios como este, es la palabra "ERA", Chile no le debe nada a Bolivia, Entendamos q Bolivia perdio la soberania del pacifico en una guerra. Guerra q fue iniciada por la irresponsabilidad de Daza, desconociendo el tratado anterior. Por tanto es importante aclarar estos puntos al pueblo Boliviano, para entender su mediterraniedad. Y asi entender q el tema marítimo en Bolivia se usa para que Evo se eternice en el poder. Entendiendo q en el mejor de los casos para Bolivia, depende de la voluntad Chilena. Y Chile ya dijo q no existe posibilidad de dar ni 1mm2 de soberania Chilena.