Entre 1945 y 1983, Jorge Escobari Cusicanqui ocupó los más altos cargos de la administración y representación de las relaciones exteriores de Bolivia.
Caricatura publicada en El Tiempo de Bogotá, sobre el resultado del debate que sostuvieron en 1964 el Embajador de Bolivia en Colombia, Jorge Escobari, con el Embajador de Chile en Colombia, Juan Smitmas. |
Por: Andrés Guzmán Escobari
El pasado 18 de diciembre, se inauguró el monumento del diplomático y político boliviano Jorge Escobari Cuscanqui (1919-2000), quien dedicó la mayor parte de su vida a defender los intereses de nuestro país y en particular a reafirmar el derecho de Bolivia al mar. Por lo que Fernando Salazar Paredes lo rebautizó como “el guerrero del mar”.
El monumento es un busto tallado en piedra granito comanche, a escala 2:1, obra del reconocido escultor boliviano Flavio Ochoa. Es una sola pieza de casi dos toneladas, trabajada y concluida gracias al Fondo Concursable FOCUART del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz y emplazada en la avenida Guido Capra o Costanerita de esta maravillosa ciudad.
Entre las anécdotas y logros de JEC, cabe destacar que comenzó su carrera a los 26 años de edad, cuando fue designado como secretario de la Embajada de Bolivia en Lima, a partir de ahí y hasta sus 64 años, es decir entre 1945 y 1983, ocupó los más altos cargos de la administración y representación de las relaciones exteriores de Bolivia. Fue primer secretario y encargado de negocios a.i. en Brasil; embajador en Colombia, Ecuador, Argentina y Perú; director general de Asuntos Políticos, tres veces vicecanciller y Ministro de Relaciones Exteriores en 1979, durante el gobierno restaurador del general David Padilla Arancibia.
A mediados de los años 50, Bolivia y Brasil reiniciaron negociaciones para actualizar y revisar los Tratados de 1928 y 1938 sobre límites, ferrocarriles y petróleo. En esa ocasión, Escobari, en su calidad de subsecretario de Relaciones Exteriores y presidente de la delegación boliviana que llevó adelante esas negociaciones, logró que la contraparte brasileña aceptara un acuerdo que, entre otras cosas, cambió la frontera en favor de Bolivia.
Efectivamente, en los tratados suscritos en La Paz el 29 de marzo de 1958 por los cancilleres Manuel BarrauPealez de Bolivia y José Carlos de Macedo Soares de Brasil, también conocidos como los Acuerdos de Roboré, por haberse definido en aquella localidad boliviana su contenido, Bolivia consiguió, entre otras cosas, recuperar cerca de 2.500 kilómetros cuadrados de territorio en el sector de Río Verde - 4 Hermanos, que habían sido cedidos bajo presiones mediante el Tratado de Natal de 1928.
Los antecedentes, pormenores y proyecciones de ese importante logro, que fue la única recuperación territorial que consiguió Bolivia en todo el siglo XX y que se constituye en uno de los antecedentes de la venta de gas al Brasil, fueron recogidos y documentados por Escobari en su laureado libro Brasil y el Petróleo Boliviano. Los acuerdos de Robore – la venta del gas (1961 y 1985).
En 1964, cuando nuestro personaje cumplía las funciones de embajador de Bolivia en Colombia, le tocó protagonizar una fuerte polémica con su par chileno, Juan Smitmans López, de la cual pudo salir airoso según los reportes y testimonios de la época.
En efecto, tras la publicación del libro El Derecho al mar (1964) de Escobari, los festejos por la “Semana del mar boliviano” que organizó la Embajada de Bolivia en el mes de marzo y el apoyo que en esos momentos recibió la causa marítima boliviana de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, el embajador chileno decidió publicar un comunicado en la prensa colombiana que dio inicio a un interesante debate que, a pesar de la pasión con la que fue encarado, se desarrolló con altura y donaire, tanto así que los periódicos bogotanos La República y el Siglo se refirieron al mismo como “Ejemplar debate boliviano-chileno” y “Un diálogo de altura”, respectivamente.
Ese debate se realizó en la Universidad Javeriana de Bogotá el 29 de abril de 1964 ante cientos de espectadores. A pesar de que había más chilenos que bolivianos, la audiencia local terminó aplaudiendo y vitoreando más al embajador boliviano, tal como se puede oír en el registro magnetofónico de la ocasión.
“Recuerdo con inmensa emoción el momento en que, concluido el debate, en circunstancias en que el embajador de Chile abandonara el escenario, los miembros de la colonia boliviana en Bogotá se constituyeron en ese escenario para abrazarme efusivamente y entonar todos juntos el Himno Nacional de Bolivia”, relató Escobari algunos años más tarde.
Acto seguido, con el propósito de impedir que JEC continúe recabando apoyos para la causa marítima boliviana, Smitmans intentó interrumpir una conferencia que Escobari estaba dictando en la Sociedad Bolivariana de Colombia, sobre “El Libertador y el mar de Bolivia”, provocando la molestia de los organizadores, que terminaron expulsándolo del lugar, en medio de fuertes abucheos.
Así terminó la encendida polémica Escobari-Smitmans, cuyo resultado fue ilustrado en el periódico c, que muestra a nuestro recordado personaje como un boxeador victorioso.
Como canciller del gobierno transitorio de Padilla, que había tomado el poder tras el fraude electoral y el golpe de Estado de su antecesor en el cargo, Escobari inició la adhesión de Bolivia al Movimiento de Países no Alineados, que durante los años 80 se pronunciaría varias veces a favor de la causa marítima boliviana.
Coordinó las acciones del Pacto Andino sobre la crisis nicaragüense que estalló en esos momentos con la revolución sandinista, lo cual le valió sendos elogios y condecoraciones; instituyó la Comisión Nacional Preparatoria encargada de organizar la célebre IX Asamblea General de la OEA, en la que, meses después, el problema marítimo boliviano sería consagrado como “un asunto de interés hemisférico permanente”; y delineó una doctrina que se convertiría prácticamente en una política de Estado, al sostener que para restablecer relaciones diplomáticas con Chile, es necesario levantar previamente el enclaustramiento geográfico boliviano.
Al final de su carrera, Escobari incursionó decididamente en la política, participando como candidato a la vicepresidencia en las elecciones de 1989 por el partido Conciencia de Patria (CONDEPA) del compadre Carlos Palenque. En esa ocasión, la fórmula Palenque-Escobari obtuvo un impresionante primer lugar en el Departamento de La Paz que, a su vez, le permitió acceder al Parlamento como primer senador por La Paz (1989-1993), donde fue homenajeado el 16 de agosto de 1990.
Poco antes de morir, alcanzó a publicar la quinta edición de su obra culmine, Historia Diplomática de Bolivia (2000), que fue reeditada póstumamente en 2013 por su hija Laura, y su orgulloso nieto, quien escribe.
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