Por: Andrés Guzmán Escobari
Publicado en La Razón
Con el propósito de evitar que Bolivia recurra a tribunales internacionales para demandar a Chile, los diputados chilenos, Mónica Zalaquett (UDI) y José Manuel Edwards (RN), anunciaron su intención de invitar al Presidente Evo Morales para que visite Arica e inspeccione personalmente los avances de las obras que Chile realiza para mejorar la carretera Tambo Quemado-Arica (CH11) y rehabilitar el ferrocarril Arica-La Paz (tramo Arica-Visviri). Según informó La Tercera, esta iniciativa se produjo como una reacción a las críticas de Morales al Tratado 1904, del cual dijo que es injusto, impuesto por la fuerza e incumplido por parte de Chile.
Publicado en La Razón
Con el propósito de evitar que Bolivia recurra a tribunales internacionales para demandar a Chile, los diputados chilenos, Mónica Zalaquett (UDI) y José Manuel Edwards (RN), anunciaron su intención de invitar al Presidente Evo Morales para que visite Arica e inspeccione personalmente los avances de las obras que Chile realiza para mejorar la carretera Tambo Quemado-Arica (CH11) y rehabilitar el ferrocarril Arica-La Paz (tramo Arica-Visviri). Según informó La Tercera, esta iniciativa se produjo como una reacción a las críticas de Morales al Tratado 1904, del cual dijo que es injusto, impuesto por la fuerza e incumplido por parte de Chile.
"Chile esta haciendo lo que puede y esperamos que así lo vea el presidente Evo Morales, a quien invitamos no como parlamentarios de la coalición gobernante sino como del Estado chileno", dijo Edwards.
Esta invitación del Estado chileno es un claro ejemplo del por qué las políticas de Bolivia y Chile no coinciden. Ahora que Bolivia exige el cumplimiento del tratado y amenaza con judicializar el tema, Chile empieza a reparar sus carreteras y a rehabilitar el tren que debería unir a Arica con La Paz; cuando el Tratado de 1904, la Convención sobre el ferrocarril de 1905 y las Convenciones sobre tránsito de 1912 y 1937, establecen que Chile debe garantizar las facilidades de libre tránsito y el funcionamiento del ferrocarril de manera permanente y perpetua.
Es por tanto muy difícil que la invitación chilena logre evitar la demanda boliviana o que consiga callar los reclamos respecto a las transgresiones que Chile comente a los acuerdos mencionados. Primero porque la rehabilitación del ferrocarril no es una concesión graciosa, sino una obligación de Chile y porque las peores trabas al libre tránsito no se encuentran en la carretera CH11, sino en los puertos de Arica y Antofagasta, donde las empresas privadas que los administran, en flagrante violación a los convenios bilaterales, han estado incrementando los precios de sus servicios arbitrariamente, han estado cobrando por almacenaje a las mercancías con destino a Bolivia que permanecen en aduanas chilenas menos de un año y han ocasionado un mayor número de interrupciones en los servicios portuarios debido a las constantes huelgas de sus propios trabajadores que exigen una mejor administración.
Si bien la situación de Bolivia mejora con la reparación de la carretera y la rehabilitación del ferrocarril, es el gobierno de Chile el que debe responder por el perjuicio que le causó a Bolivia la paralización del ferrocarril por casi una década y los inconvenientes que las empresas que administran los puertos de Arica y Antofagasta están generando al comercio boliviano. Por otra parte, es importante que Chile cumpla sus compromisos en todo momento y no sólo cuando Bolivia reclama.
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