LA ENÉSIMA TENSIÓN BILATERAL
Por: Andrés Guzmán Escobari
Como estaba previsto, el foro de
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) fue escenario de
una nueva discusión entre Chile y Bolivia sobre el problema marítimo boliviano,
que, sorpresivamente, terminó con un compromiso de los Presidentes de ambos
países de recorrer juntos el trayecto Arica – El Alto en el ferrocarril que,
según el Tratado de 1904 (artículo 3) y la Convención de 1905 (artículo 12),
debería operar perpetuamente entre esas dos ciudades.
También llamó la atención el
discurso de Evo Morales, que, a diferencia de otras oportunidades, fue mucho
más respetuoso y constructivo. Fundamentó por primera vez sus acusaciones acerca
de que Chile incumple el Tratado de 1904 con ejemplos y argumentos y, para
sorpresa de todos, propuso una fórmula de solución que consiste en compartir gas
con Chile una vez resuelto el tema del mar.
Contrariamente, la respuesta de Sebastián
Piñera no sorprendió mucho, pues, más allá de la claridad y solvencia con las
que expuso, básicamente repitió los argumentos que ha venido esgrimiendo desde
que Morales anunció su intención de apelar a instancias internacionales para
recuperar un acceso soberano al mar. Eso sí, aprovechó la oportunidad para fruncir
el ceño y rechazar en el acto la propuesta marítimo-gasífera.
Si bien la estrategia boliviana
mostró considerables mejoras, el discurso del Presidente Morales no logró el objetivo
de incomodar a los chilenos porque careció de la claridad y precisión necesarias
para convencer a una audiencia que no conoce este tema en detalle (mezcló los
incumplimientos de Chile con supuestas violaciones a los derechos humanos y no citó
la Convención de 1905). Además, no fue coherente terminar dicha argumentación afirmando
“pero acá no estoy pidiendo cumplimiento, sino que se repare un derecho del
pueblo boliviano”, porque lo primero que debería pedir, sino exigir, es el más
estricto cumplimiento de los compromisos bilaterales, no sólo porque la
confianza de toda relación interestatal depende de ello, sino porque sería
mucho más fácil dialogar sobre el tema marítimo o sobre cualquier otro asunto si
ambas partes respetan lo acordado.
Por otra parte, tampoco fue conveniente
intentar conmover a los Jefes de Estado y de Gobierno presentes pidiéndoles que
imaginen el sufrimiento que siente un niño boliviano cuando se entera que su
país nació con mar o que se pongan en el lugar de nuestros abuelos que no
conocen el océano; porque existe evidencia histórica de que la estrategia del
dramatismo plañidero ha fracasado cada vez que se ha intentado aplicar. Por
último, en cuanto a la propuesta marítimo-gasífera, todavía no es posible emitir
comentario sobre su pertinencia o efectividad, porque pudo haber sido un
intento alocado por lograr el milagro de la aceptación chilena a riesgo de
recibir un portazo o pudo haber sido parte de la estrategia que prepara la
Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (DIREMAR), entre muchas otras posibilidades.
Pero si a la sólida y legítima argumentación
de Morales le faltó claridad, precisión y sobre todo, una mejor presentación;
el discurso de Piñera fue todo lo contrario. El anfitrión se dio el lujo de
hacer una exposición magistral de sus argumentos basándose en afirmaciones muy
cuestionables y, en algunos casos, falsas. Pero aun así salió mejor parado debido
a que la opinión pública no conoce los pormenores de este tema.
En efecto, Piñera fue muy cínico
al asegurar que “Chile tiene una comprensión y un compromiso especial con la
situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia” porque él mismo dispuso la
interrupción del dialogo de la Agenda de 13 puntos al cancelar la reunión que
tenía que realizarse en noviembre de 2010 y, a raíz de eso, nunca cumplió el
compromiso asumido por su Gobierno en julio de ese año de presentar así como
alcanzar soluciones concretas, factibles y útiles al tema marítimo boliviano. Lo
cual, como correspondía, le fue recordado por Morales al final del debate.
Luego, con el propósito de
demostrar que Chile no impuso a Bolivia el Tratado de 1904, Piñera recordó que el
Presidente y el Canciller de nuestro país en ese entonces fueron reelegidos por
el pueblo boliviano años más tarde. No obstante, si existe alguna relación
entre esos hechos, mayor relevancia tendría recordar que el 10 de enero de 1920,
Chile – a través de su representante en La Paz, Emilio Bello Codesido, quien había
firmado el Tratado de 1904 – se comprometió a cederle a Bolivia una zona
importante de Arica y del ferrocarril, en un claro intento por rectificar lo
acordado en 1904.
Pero la muestra de mayor cinismo que
dio Piñera fue cuando dijo, una vez más, “Chile cumple sus tratados”, porque Morales
le acababa de explicar cuáles son los puntos del Tratado de 1904 que su país incumple
y, principalmente, porque los hechos históricos contradicen esa afirmación: Chile
desconoció el Pacto de Paucarpata de 1837 suscrito con la Confederación Perú-Boliviana;
terminó unilateralmente el Tratado de 1874 alegando incumplimiento de Bolivia y
con ello inició la guerra de 1879; nunca cumplió el Tratado de Ancón suscrito
con Perú en 1883, en su parte referida al plebiscito de Tacna y Arica;
transgredió varias veces el libre derecho de tránsito otorgado a Bolivia
mediante el Tratado de 1904 como dijo Morales; mantuvo sin funcionamiento al ferrocarril
Arica-La Paz por más de 10 años (realizó muy pocos viajes de 2001 a 2005 y
desde entonces estuvo completamente paralizado hasta hace poco) en flagrante
violación a la Convención de 1905; tampoco cumplió con retirar las minas
antipersonales de la frontera a pesar de que se comprometió a ello mediante la
Convención de Ottawa de 1997, etc. Además, recientemente incumplió ciertos acuerdos
internacionales sobre contrabando que se aplican a la aún no esclarecida
incursión de militares bolivianos a territorio chileno. Todos estos hechos incontrovertibles
demuestran, indiscutiblemente, que Chile no cumple sus tratados.
Asimismo, con el propósito de
rechazar la propuesta de Morales, Piñera afirmó que la soberanía no se negocia
por intereses económicos, olvidando que su país aceptó negociar la soberanía de
Arica por dinero y/o agua en varias oportunidades de la historia (1895, 1920,
1923, 1926, 1950, 1961 y 1975) y, por si fuera poco, también dijo que Chile no
está dispuesto a cortar o dividir su territorio tal como si alguien le hubiera
pedido hacer tal cosa en algún momento.
Por todo esto, parece difícil que
ambos Presidentes logren ponerse de acuerdo en el recorrido que realizarán por
vía férrea de Arica a El Alto y no sólo porque las posiciones parecen
irreconciliables, sino porque para que ese viaje se realice, es necesario que los
Mandatarios cumplan lo acordado, pero, como ni Morales ni menos Piñera tienen
antecedentes de respeto a las formalidades, quizás nunca los veamos viajar
juntos de la costa al altiplano.
Este es el pendejo aweonao que se cree diplomático pero que desconoce por completo el vocabulario de los diplomáticos.
ResponderEliminarPendejo, Guzman Escobari, eres un pobre weon agrandado que no das mérito para criticarte seriamente.
El pendejo eres tu anonimo clilenoxxxxxx
EliminarSr. Anónimo, su confusión es únicamente lo aquí “aweonao”, frase que al parecer se refiere a un insulto, además es de ver que tal como redacta sus pensamientos mas parece que usted lo hace desde un Estadio u otro lugar donde las pasiones le agitan el cerebro y achican sus ideas, entonces para usar el lenguaje “diplomático” y en las propias locuciones de un Estadio en efervescencia, le enviare el mensaje “diplomático futbolístico de uno de sus vecinos”, entonces, siendo su persona un veterano de no sabemos qué, sabrá entender en sus propios términos por donde va el problema.
EliminarCanción para Chile en la Copa América.
"Chile decime qué se siente...
Saber que se te viene el mar...
Te juro que aunque te tape el agua...
Nunca te vamos a ayudar...
Porque vos sos un traidor...
Vigilante y botón...
Nos vendiste en la guerra por cagón...
Por acá no vengas más...
Ojalá te tape el mar...
Que te ayuden los ingleses a nadar...
Chileno decime qué se siente...
que estés tapado por el mar...
te juro que aunque pasen los años...
nunca nos vamos a olvidar...
Que San Martín te liberó...
y que vos sos un traidor...
te entregaste a los ingleses por cagón...
Caín de América y ladrón
El Belgrano ya se hundió, porque vos sos un botón...
vende patria la puta que te pario..."