Es evidente que Trump ya empezó a prepararse para una derrota que podría tornarse inédita y hasta vergonzosa, afirma el autor.
Por: Andrés Guzmán Escobari
Publicado en Página Siete
Por: Andrés Guzmán Escobari
Publicado en Página Siete
Photo: DonkeyHotey/flickr/cc |
La elección presidencial de los Estados
Unidos, disputada intensamente entre Hillary Clinton y Donald Trump, ha llamado
la atención de propios y extraños, incluso de personas que nunca antes se
habían interesado en estos temas; no sólo por ser la primera vez que una mujer de
larga trayectoria en la política se enfrenta a un magnate que nunca ocupó un
cargo público, sino sobre todo por la inusual bajeza y vulgaridad con la que se
desarrolló la contienda y por los serios cuestionamientos que el candidato
republicano ha hecho al sistema electoral estadounidense.
En efecto, durante toda la
campaña, ambos contendores estuvieron mucho más enfocados en señalar los errores
y supuestos delitos de su oponente, que en proponer planes de política pública para
enfrentar los desafíos que tiene su país.
Por un lado, Trump criticó duramente a la candidata
demócrata por los correos electrónicos que ella intercambió desde su cuenta privada
– no institucional – cuando fue Secretaria de Estado (2009 – 2013). Dichos
correos, que contenían secretos de Estado y que podían poner en riesgo la
seguridad nacional de los Estados Unidos si hubiesen llegado a manos enemigas,
fueron la punta de lanza de la campaña de Trump para desacreditar y
desprestigiar a la ex jefe de la diplomacia estadounidense. Todo ello, porque
según las encuestas, la irresponsabilidad de Clinton en el manejo de
información clasificada decepcionó a mucha gente y alarmó a la mayoría de los estadounidenses
que tienen un especial recelo por su seguridad desde los atentados del 11 de
septiembre.
Pero Trump no solo utilizó el incidente para generar temor
en torno a una eventual victoria de su oponente, sino que además se permitió
amenazarla directamente con enviarla a prisión si él llega a la presidencia.
Efectivamente, durante el segundo debate presidencial, el candidato republicano
dijo que si él gana las elecciones, designará a un fiscal especial para
investigar a Clinton e insinuó que ella estaría en la cárcel si él fuera
presidente. Lo cual, si bien fue aplaudido por los republicanos que aún apoyan
a Trump y que también quieren enjuiciar a Obama por el asesinato del Embajador
estadunidense en Bengasi - Libia el año 2012; también le valió muchísimas
críticas de parte de los demócratas y de otros grupos que vieron en ese anuncio,
un intento por querer recurrir a la persecución política.
Por el otro lado, Clinton centró su campaña en los comentarios
misóginos que hizo su contrincante en varias ocasiones, destacando que Trump no
sólo denigra a las mujeres, sino también a los mexicanos, musulmanes y personas
LGTB. De hecho, dos días antes del segundo debate presidencial, el Washington
Post, un periódico que respalda abiertamente al partido demócrata, publicó un
video en el que Trump se jacta de besar y manosear a mujeres hermosas. “Cuando
eres una estrella, ellas se dejan” dijo el magnate neoyorquino quien luego tuvo
que disculparse no sin antes alegar que eran “comentarios de vestuario” y que
el marido de su contrincante había hecho cosas mucho peores.
De igual forma, Clinton aludió a la ex Miss Universo venezolana,
Alicia Machado, a quien Trump llamó “Miss cerdita” por haber subido de peso durante
su reinado y “Miss sirvienta” por su origen latinoamericano. Lo cual, sumado a
las varias acusaciones de acoso sexual que pesan sobre el candidato
republicano, demostraron que Trump es un hombre machista y misógino según la
candidata demócrata, que no ha perdido la oportunidad para mostrarse como una
valiente defensora del género femenino.
Así, como la campaña electoral del país más poderoso del
mundo en términos económicos y militares, estuvo centrada en los errores y
presuntos delitos de sus contendores, y no así en las propuestas que tiene cada
cual para gobernar, el electorado se vio forzado a elegir al menos malo de los dos
candidatos, lo cual, en una primera instancia, le ha favorecido a Hillary
Clinton, que, según las encuestas, mantiene una cómoda ventaja de más del 7%
por sobre su contendiente.
Ahora, si bien no podemos fiarnos de las encuestas para
predecir el resultado de una elección en la que participarán más de 120
millones de personas, algunas de ellas desencantadas o decepcionadas por lo que
ha sido la campaña electoral, y que además tiene un complicado sistema de
decisión, determinado por el resultado del ganador en cada estado, y no por el número
total de votos; es evidente que Trump ya empezó a prepararse para una derrota que
podría tornarse inédita y hasta vergonzosa.
En efecto, el polémico candidato ha dicho varias veces que
el sistema electoral estadounidense es fraudulento, corrupto y que la votación
está “amañada” (rigged). De hecho,
durante el tercer debate presidencial no quiso comprometerse a respetar el
resultado de la elección y al día siguiente dijo que sólo lo respetaría si él
gana.
Estas sorprendentes e inusuales declaraciones en una de las
democracias más emblemáticas del mundo, además de cuestionar la institucionalidad
electoral del país, nos hacen presumir que Trump quiere prevenir lo que podría
ser su bochornosa derrota. Ciertamente, si la diferencia entre ambos candidatos
supera el 9% de los votos, será la derrota más holgada de las últimas tres
décadas, considerando que la última vez ese margen fue superado fue en 1984,
cuando Ronald Reagan derrotó a Walter Mondale por más del 15% de los votos.
En ese caso, Trump seguramente dirá: “se los dije, la
votación fue amañada” y Hillary Clinton comenzará su mandato con el peso de no
saber si ganó por sus propios méritos o solamente porque su oponente resultó
ser el candidato menos calificado y más ridículo de toda la historia de los
Estados Unidos.
Inesperadamente ganó las elecciones Trump. En lo que se refiere a Bolivia se puede analizar lo siguiente.
ResponderEliminarLa política exterior de Trump puede afectar mas a otros paises que a Bolivia. Por ejemplo, Chile, al pertenecer al TPP (Trans Pacific Partnership ) podria ver afectados intereses económicos con los cuales contaba. En ese sentido, las "intimas" relaciones de comercio exterior, importación-exportación podían haber sido afectadas con regulaciones que afecten el tratado de 1904.
Asimismo, Trump esta en contra de tratados de libre comercio como el NAFTA (North American Free Trade Agreement) y por lo tanto no favorecería ninguna tratado de este tipo, y aqui Chile también esta afectado.
Es interesante que países de orientacion centro derechista, serian ironicamente golpeados por el pais que esta a la cabeza de la misma orientacion.
Notable, Guzmán decía que ganaría Hilary, y al final ganó Trump, ¿Dónde quedó el análisis para suponer ser nostradamus?
ResponderEliminarAnteriormente dijo que las sanciones de la FIFA en el Chile-Bolivia por el "empate" eran un preludio de la Haya, y ahora, nuevamente equivocándose, resulta que la FIFA dio por ganado el partido a Chile.
¿No será que Guzmán anticipa por escritura la cara opuesta de los resultados que no desea y que al final suceden? 2 errores y aun no aprende que pecar de adivino lo hace ver como objeto de burla, y se enoja cuando se lo hechan en cada xd